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En 'feria de las pulgas' revelan que la gente ya no tiene plata

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La tradicional y pintoresca feria de las pulgas de la avenida Argentina ha sido siempre una opción conveniente para comprar bueno, bonito y barato cuando el bolsillo aprieta, pero últimamente la economía doméstica tiene a los porteños hasta el cuello (por un extenso fin de mes y las vacaciones de invierno) y ni siquiera los ofertones de la feria son suficientes para ahorrar pesos.

Los vendedores de la popular feria callejera coinciden en que las ventas han bajado dramáticamente ya que la gente no tiene dinero para comprar.

Doña Norma se dedica a la venta de productos de abrigo para el invierno, los gorros, cuellos y bufandas que solía vender por montones cuando bajaban las temperaturas se han ido acumulando en el paño. "Las ventas han estado súper malas, el año pasado en estas fechas vendí mucho más, yo calculo que se ha vendido un 70% menos", cuenta.

Respecto de las razones de la disminución de las ventas, Norma cree que la gente está con problemas económicos y prefiere comprar en grandes tiendas a crédito para poder pagar después en cuotas. "La gante prefiere usar la tarjeta porque no tienen que pagar al tiro, entonces tienen más tiempo para juntar plata", señala la porteña.

Moisés Inostroza solía vender como pan caliente las calzas de lycra que ofrece, pero hoy no es así. El vendedor enfatiza que por estos días hay poquísimas ventas y atribuye el hecho a que la gente "no tiene plata".

Moisés cuenta que pasa harta gente que mira los productos un buen rato y cuando consulta los precios, que son los mismos de todo el año, abandonan el lugar. En algunos casos vuelven y piden una rebaja, pero en general la gente está en una condición crítica.

efecto de La Roja

La notable campaña de la selección chilena en la Copa América también tuvo su efecto, al menos así lo cree Ricardo Silva, quien explica que una vez terminada la competencia futbolera, la ventas se fueron a los suelo, situación que se mantuvo durante las semanas siguientes y alcanzó su punto más crítico el día de ayer. "Parece que la gente gastó mucha plata en asados y copetes para ver a Chile jugar y ahora no tienen niuno', ojalá hubiéramos quedado eliminados antes para no quedar tan pobres", bromea Ricardo desde su puesto.

"Ha estado mala la cosa, malísima, la gente mira harto pero no compra nada", señala Carlos, que tiene un puesto de ropa deportiva. El vendedor asegura que el fenómeno se relaciona directamente con la cercanía con el fin de mes y es natural que la clientela baje cada vez que el calendario se acerca al día 31. "Tiene que ver con la fecha, siempre pasa eso, las ventas están malas, pero ya mejorarán pronto (la otra semana)", dicen con optimismo Carlos.

Algunos de los vendedores consultados expresan que se tata de una crisis más gande que se arrastra desde hace un tiempo y que en general este año ha sido muy malo para los vendedores de la feria. Alejandra Fuenzalida es una de esas personas y reconoce que este mes en especial ha sido poco conveniente para su negocio, pero advierte que hace meses que las ventas vienen a la baja y no pareciera que la situación va a cambiar a la brevedad.

Alejandra confiesa que por el escaso número de compradores se ha visto obligada a bajar algunos de sus precios, lo que en algo ha ayudado a su negocio, pero no lo suficiente para vender lo que solía en años anteriores. "Es bien complicado esto ya nosotros nos golpea más porque somos comerciantes independientes y dependemos del bolsillo de la gente. Si a ellos les va mal, a nosotros también así que tratamos de esforzarnos, yo he bajado algunos precios y me voy más tarde para ver si puedo vender algunas cosas más. Está difícil la cosa, concluye Alejandra con preocupación.

Algunos de los más fieles siguen acudiendo a la feria de las pulgas pese a los problemas económicos. Nicolás Ramírez es uno de esos que sigue yendo cada domingo a la feria, de manera sagrada. Nicolás manifiesta que pese a que encuentra probelmas económicos, la feria sigue siendo la opción más conveniente ya que tiene buenos precios y productos de buena calidad. "Sí, sí, es verdad que a veces cuesta llegar a fin de mes, pero acá siempre va a ser más barato comprar que en otros negocios", afirma.

No falla

Macarena Guajardo es otra de las que piensa que la feria de las pulgas no falla, la porteña cuenta que siempre va a comprar ropa y productos higiénicos poque es más conveniente. "Si se sacan cuentas, es mucho más rentable acá. A lo mejor no son las grandes rebajas, pero siempre se agradecen, sumando todo se puede ahorrar harto igual", indica.

La porteña agrega que en la feria el trato es más personalizado e íntimo por la cercanía que hay entre compradores y vendedores. "Aparte que hay más confianza porque uno viene tanto y ya se conoce con la gente que vende, entonces eso es mejor", dice.

Por ahora, los vendedores son testigos de como la gente pasa, pregunta y se va. Los presupuestos familiares están en las últimas y aún falta que llegue la peor semana del mes en términos de dinero, la pesadilla acabará cuando pasemos a la siguiente semana del calendario y los sueldos sean depositados. J