Buscan a conductor que arrolló y mató a porteño
El llanto desconsolado de un niño estremece hasta el corazón más frío. Acaba de despertar y sus familiares le informaron que horas antes, su padre había fallecido.
La conmovedora escena se produjo ayer en una modesta vivienda de la población El Progreso de Los Placeres, a la que el fallecido Guillermo Rojas Moya, de 62 años, visitaba regularmente. Allí reside su ex conviviente Yolanda Molina y el menor de sus cinco hijos, de 7 años. Los otros cuatro son de otra relación sentimental de Guillermo, que era guardia de seguridad y se desempeñaba en una empresa de calle Villanelo.
Yolanda señala que tenía una muy buena relación con su ex pareja, al igual que sus otros hijos, ya que era buena persona y gran padre. Recuerda que la última vez que lo vio con vida fue el jueves cerca de las 18.30 horas, cuando le entregó chancaca para que hiciera sopaipillas pasadas. Se tomó una energizante y se despidió. Ella piensa que bajó al plan, a relajarse en algún local. "Era un bebedor solitario, no era de salir con amigos. No le gustaba que alguien lo viera cuando se tomaba una cervecita ni menos en estado etílico", afirma.
Más tarde vino la tragedia. Pasadas las 21.00 horas el cuerpo de Guillermo apareció inerte frente al N° 1020 de avenida Errázuriz, casi esquina de pasaje Ross. Una pareja que pasaba en sus automóvil trató de brindarle primeros auxilios, pero no hubo nada que hacer. Al lugar llegó carabineros de la Segunda Comisaría Central los que al no encontrar testigos ni un vehículo participante, alertaron al fiscal de turno Samuel Nuñez, que dispuso en primera instancia la concurrencia de la Brigada de Homicidios. Pero los detectives determinaron preliminarmente que las lesiones de la víctima -principalmente en el cráneo- correspondían a un accidente de tránsito del tipo atropello, por lo que abandonaron la escena que esta vez fue periciada por profesionales de la Sección Investigadora de Accidentes del Tránsito (Siat) de Carabineros.
cámaras
Extraoficialmente se habla de que un vehículo rojo que se dirigía raudo por la primera pista de circulación en dirección a Playa Ancha, sería el causante de la tragedia. Desafortunadamente la revisión a las imágenes de la cámara de televigilancia de Carabineros no aclara las características ni la patente del móvil implicado en el siniestro, por lo que el chofer se mantiene en la impunidad. "Independiente que como peatón haya sido o no culpable, la persona debió haber tenido criterio y haberse bajado a prestarle ayuda. Haberle dado un intento de reanimación o tratado de llevarlo al hospital para salvarle la vida", comenta Yolanda, que también estima que el conductor pudo haber circulado bajo la influencia del alcohol y por ello se dio a la fuga. "Ojalá pesquisen bien las cámaras para determinar lo que sucedió. Hago un llamado a si alguien tiene una pista de lo que ocurrió que colabore con la investigación. Mi hijo está shockeado y queremos que se haga justicia", enfatizó.
Una vez efectuada la autopsia el cuerpo del infortunado guardia será entregado a sus seres queridos para el velatorio y posterior funeral. J