Unos porteños caminan por la calle Esmeralda del cerro Ramaditas y luego de subir una pequeña cuesta de tierra, llegan a una pieza que huele a humedad y desperdicios. Eric Vergara, vicepresidente de la junta de vecinos del sector, abre la puerta y se encuentra con Antonio, un hombre que medio ebrio intenta dormir junto a unos perros.
-Antonio, por favor, escúchame. ¿Has visto a tu hermano Jorge? -se pregunta Eric, muy preocupado.
-No, ¿por qué?
-Porque está desaparecido y nadie lo ha visto hace rato.
Antonio se levanta a duras penas del lecho y trata de hacer memoria. Pero sus esfuerzos son en vano y los vecinos deciden actuar: se reparten por el barrio para seguir buscando al abuelo que padece el mal de Diógenes, mientras Eric Vergara se contacta con familiares para instarles a que coloquen una denuncia por presunta desgracia.
"Carabineros nos dijo que sólo la familia podía hacerlo, así que le pedimos que lo hicieran y nosotros nos dedicamos a llamar a todos los hospitales, albergues, iglesias, comisarías, tratando de dar con don Jorge, pero nadie sabía nada, no había rastros de él", explica Eric.
Apareció muerto
Días después, uno de los hijos de Jorge Villar decidió meterse en medio de la basura para descartar todas las posibilidades. Pasó por la casa de Antonio y luego se abrió camino entre los desechos para poder entrar a las piezas de lo que era la casa de don Jorge. Pero lo que halló le cambió la vida para siempre.
"Subió a buscarlo entremedio de los escombros y la mugre y cuando llegó a una de las últimas piezas de la casa (no tiene ventanas y las puertas apenas cierran) vio que su papá estaba muerto. Y no sólo eso, sino que también había sido devorado por los mismos perros que don Jorge cuidaba", relata el dirigente.
Al enterarse de lo sucedido, los vecinos gritaron de horror y llamaron a la policía. "Luego el Servicio Médico Legal retiró el cuerpo. Y los perros, bueno, ahí están y eso es lo que más tememos porque ahora es Antonio, el hermano de Jorge, el que duerme con ellos y nos asusta que se repita la historia", declara Eric Vergara.
En este momento, las causas de la muerte del porteño aún siguen siendo investigadas. No obstante, los vecinos tratan de encontrar una solución a este drama. "Aquí pasan estudiantes que se dirigen a sus colegios y vivimos muchas personas. A todos les asusta que estos perros los ataquen. Y nadie se quiere hacer cargo, hemos golpeado puertas y en todos lados nos dicen que no hay recursos. Lo único que hemos logrado es que saquen cuatro camiones de basura", enfatiza Eric Vergara.
alcalde
Marina Tarifeño, miembro del Consejo Comunal de Organizaciones de la Sociedad Civil (Cosoc), al enterarse de la situación tomó cartas en el asunto y sostuvo una reunión con el alcalde Jorge Castro para pedir ayuda.
"Ayer (lunes) en una reunión de salud, un dirigente vecinal de Ramaditas me comentó un problema grave que sucedió: que los perros se habían comido a una persona. Ellos han recurrido a todas las instancias que corresponden para sacar a los seis perros grandes y limpiar el sector porque temen que se coman a otra persona, como su hermano que también es alcohólico y vive en estas condiciones. Yo pienso que la prioridad es sacar los perros y sacar toda la basura y el criadero de ratones también", manifestó.
Por su parte, el jefe comunal Jorge Castro expresó: "Estamos frente a una extrema situación de urgencia donde la seremi de Salud debe invocar a Sanidad pues ésta es una plaga de animales que comieron carne humana y cuando ya la prueban, saben de qué se trata. Por ende, hay riesgos para la población que la seremi de Salud debe asumir pues está claro que los municipios por competencia tenemos facultades y recursos limitados para educar y hacer campañas de tenencia responsable de animales como ya lo estamos haciendo".
Asimismo, hizo un llamado al gobierno regional para que destine más recursos. J
