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Por un intento de suicidio evacuaron siete viviendas

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Un abrupto despertar tuvieron ayer los habitantes de un condominio en Placilla.

Cerca de las 02.00 de la madrugada Carabineros de la subcomisaría recibió un llamado de emanación de gas en un inmueble ubicado al interior del pasaje Málaga con avenida Curauma Sur. Al llegar hablaron con J.J.F., quien relató que su amigo F.J.Z., de 50 años, propietario de una casa, le dijo que se iba a matar y que si trataba de entrar iba a explotar el domicilio. Carabineros cortó el suministro de gas natural y evacuó siete viviendas contiguas. Luego halló al sospechoso al lado del horno abierto de la cocina. Fue llevado al Van Buren donde le diagnosticaron inhalación de gas sin lesiones, a la espera de ser evaluado por un siquiatra. La ex cónyuge del sujeto dijo que mantenía un trastorno bipolar severo, e incluso en más de una ocasión la policía uniformada fue hasta la propiedad, para atender llamados de violencia intrafamiliar. J

Cayó 25 metros en una quebrada y se salvó

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Era el camino de siempre a su casa. Un pequeño sendero en medio de una quebrada que une las calles El Bosque y Cantera en Ramaditas, pero que al mediodía de ayer le jugó una mala pasada a un hombre de unos 50 años identificado con las iniciales J.E.C., quien rodó unos 25 metros y quedó colgado de la rama de un árbol según el relato de quienes vieron el accidente.

Vecinos alertaron del accidente a Carabineros y Bomberos. Hasta el lugar llegó personal de la Tenencia O'Higgins y el grupo de rescate de la Décima Compañía.

Los voluntarios debieron bajar colgados de cuerdas a socorrer al vecino, lo pusieron en una camilla y lentamente lo subieron.

En todo el recorrido J.E.C. estuvo consciente y en esas mismas condiciones fue subido a la ambulancia que posteriormente lo trasladó hasta el hospital Carlos van Buren. Aparentemente terminó policontuso, un milagro según catalagaron los testigos. "Yo no sé cómo está vivo, parece que en vez de irse por la huella que está más abajo se fue por otro lado y por eso cayó", relató una vecina. J

Triste drama de obrero apaleado y fracturado en un asalto en Placilla

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La vida no ha sido fácil para Segundo Barahona y su mujer Marcela Vergara. Durante años vivieron en una toma, y el año pasado por fin concretaron el sueño de la casa propia en una vivienda social de la villa Bosques de Placilla 2. Pero hoy deben lidiar con otro drama por culpa de la delincuencia. Segundo, de 47 años, no tiene un trabajo estable y sobrevive gracias a pololos. Fue así que días atrás salió a primera hora de la mañana a cargar madera. Lo acompañaba un amigo y a unas cuadras de su hogar, en Tercera con Central, se topó con un grupo de personas. Dos de ellos, presuntamente drogados, en forma intimidatoria le solicitaron cigarrillos, dinero y el celular. Ante su negativa se le fueron encima.

El amigo de Segundo se hizo humo y no lo socorrió. "Empecé a luchar con los dos y uno me agarró a palos", recuerda. El antisocial, provisto de un madero de 2 pulgadas de grosor y varios centímetros de extensión, le pegó en la zona dorsal, y cuando lo iba a apalear en la cabeza Segundo se cubrió con el brazo izquierdo y luego cayó al suelo por el dolor.

violencia desmedida

Fue tanta la violencia que el palo se quebró. "Me siguieron pateando en el suelo y me quitaron la billetera con algo de plata que andaba trayendo". Solo le dejaron los documentos, y malherido se levantó y regresó a su departamento. Acompañado de su mujer acudieron hasta la subcomisaría, donde gestionaron su traslado hasta el hospital Van Buren.

Allí dice que tuvo una buena atención, donde las radiografías y otros exámenes revelaron que presentaba una fractura en su antebrazo izquierdo, por lo que fue intervenido. Le instalaron placas de platino y hoy, por el frío, sufre intensos dolores. Los especialistas le adelantaron que la recuperación será larga, entre unos 6 a 7 meses, tiempo en que se verá impedido de trabajar. Además debe tener plata para remedios y asistir a las curaciones. El es el sustento del hogar porque su mujer está enferma. "Ahora estoy sin pega y tampoco podría trabajar. Nadie responde y estoy de brazos cruzados. ¿Quien me va a ayudar?", se pregunta. J