Malditas lesiones
Que el fútbol es un deporte de roce y a veces violento cuando algunos jugadores se exceden en su rol, es algo sabido, pero también hay factores que inciden en que las lesiones se faciliten. Una mala preparación o, por contraste un exceso de trabajo en la etapa previa a afrontar una competencia pueden influir negativamente. También hay una buena dosis de mala suerte, porque muchas se producen sin participación de terceros.
El caso de Charles Aránguiz es raro, porque se cortó el tendón de Aquiles practicando tenis-fútbol, que más que un ejercicio de preparación es una entretención en la que incluso muchas veces participa activamente hasta el cuerpo técnico. Hay roturas de ligamentos cruzados que tampoco necesitan de participación de terceros. Recuerdan como se rompió la rodilla el brasileño Ronaldo jugando por Inter de Milán o nuestro Matador Salas defendiendo la Juventus de Italia.
No es el caso de Ivo Basay, que fue arrasado por el arquero de Coquimbo Unido, Carlos Tejas, quien lesionó gravemente al delantero, ya que sufrió una fractura y rotura de ligamentos de su rodilla derecha.
Sandrino Castec sufrió una grave lesión antes del Mundial de España 1982. El centrodelantero se rompió la rótula de su rodilla derecha y se perdió la Copa del Mundo. Sebastián Rozental, la figura de Chile en el Mundial Sub 17 de Japón 1993 sufrió una grave lesión en la rodilla jugando por Glasgow Rangers y su carrera se vio truncada rápidamente.
Mario Lepe, el eterno capitán de Universidad Católica sufrió más de una fractura en su carrera. Sin embargo, en 1989 sufrió una grave lesión e incluso, pensó en retirarse de la actividad.
Pero hay casos lamentables en nuestro medio. Paulo Garcés, arquero de Colo Colo tendrá que someterse a una larga recuperación, tras una arriesgada intervención en cancha.
Y el muchacho de Huachipato, de 18 años, Eliseo Miranda, quien sufrió "una fractura del polo inferior de la rótula en su pierna izquierda", se perderá el resto del torneo. Todo esto quizás explique la larga ausencia de David Pizarro en Wanderers, un hombre de mil batallas en el fútbol y que sabe los riesgos que se corren si no se está preparado ciento por ciento. Lo lamentable es que se perderá más de un tercio del campeonato.