Fiscalía pide 10 años de presidio para autor de brutal botellazo
El 14 de marzo de 2014 fue la última fiesta mechona que se realizó en el jardín botánico de Viña del Mar. Tras ese masivo evento, la vida de dos jóvenes cambió radicalmente: Javier Sepúlveda Larenas de entonces 18 años terminó en la cárcel y arriesga pasar otros 10 años privado de libertad; el otro, su víctima, Pedro Gordillo Gómez de 22, sufrió daño neurológico que lo tienen hoy convertido en un niño.
Tras meses de investigación, ayer comenzó el juicio oral contra el único imputado por el denominado "botellazo", debido a que Sepúlveda, en un acto irracional, agredió a Gordillo con un certero golpe en la cabeza valiéndose para esto de una botella de vidrio.
Por este hecho, caratulado como delito de lesiones graves gravísimas, el Ministerio Público pide una pena de 10 años de presidio mayor en su grado mínimo, en tanto que la defensa, pretende convencer al tribunal que Sepúlveda fue autor sólo de un delito de lesiones graves.
ARREPENTIDO
Ayer durante el primer día de juicio oral, el imputado Javier Sepúlveda - que ha permanecido en prisión preventiva desde mayo del año pasado - renunció a su derecho de guardar silencio. Subió a estrado y relató su versión de los hechos.
El joven de 19 años se manifestó arrepentido, admitió que estos meses no han sido nada fáciles para él y su familia y que su deseo sería poder "arreglar las cosas". El joven pidió perdón a la familia de Gordillo y al mismo Pedro, admitiendo que en un primer momento mintió sobre el hecho porque tenía miedo y temía caer preso.
Tras su declaración y un breve receso de 10 minutos, correspondió el turno a Camila Pérez, madre de la pequeña hija de 3 años de Pedro Gordillo y para entonces su polola.
La joven relató lo ocurrido aquel 14 de marzo y la irracional conducta de Javier Sepúlveda, quien no sólo agredió con un golpe de botella a su pololo sino que estando éste en el suelo y cubriéndose la cabeza con las manos, le propinó una patada en la cara.
Tras la golpiza el joven agresor huyó y su pololo fue auxiliado por dos sujetos que resultarían ser amigo y primo del imputado.
La joven relató emocionada lo que ha implicado este hecho en la vida de su ex pareja, en la propia y en la de su pequeña hijita.
"Nunca más volvieron a tener esa conexión padre-hija, eso desapareció. Pedro llevaba a la Ignacia al parque, la mimaba porque era su única hija", detalló la joven al entregar su testimonio.
Para hoy se tiene contemplado se realice la segunda y última jornada de este juicio oral. Entre los testimonios programados para hoy se espera que el mismo Pedro Gordillo suba a estrado. J