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Los mapuches tienen remedios para todo

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lEl concepto de salud ancestral del pueblo Mapuche se traduce en el bienestar físico, mental, espiritual y armonía entre las personas y el medio ambiente.

Eso es justamente lo que se quiere transmitir al resto de la comunidad porteña en la Tercera Feria Intercultural de Salud, que estará abierta al público hasta el próximo 6 de septiembre, en la plaza Cívica.

Allí los porteños y porteñas podrán encontrar una alternativa sana y natural para una gran diversidad de males. Por ejemplo, la encargada de salud de la Asociación Indígena Calaucán de San Antonio, Wilma Reyes, explica que hay una yerba para cada mal, las que tienen un proceso previo largo de trabajo para convertirse en cremas, aceites y gotas sanadoras.

"Para el estrés hay gotitas de Valeriana y Melisa, para los malestares estomacales hay Quitral de Maqui, un árbol milenario Mapuche. Hay aceite de Lavanda para relajar el sistema nervioso, de Cannabis para todo tipo de dolores, y de Romero para la jaqueca. Hay cremas hechas de hierbas cicatrizantes y antiinflamatorias para las hemorroides y heridas", explica la sabia.

Bajo la consigna: "los pueblos originarios tienen la oportunidad de volver a recuperar la medicina tradicional de sus antepasados", el lonco Iván Cheuque es parte del programa de medicina Mapuche presente en los consultorios de Placeres, Barón y San José de Rodelillo, donde los pacientes son examinados por la 'Machi', quien según la cultura Mapuche es la indicada para encontrar una solución personalizada para cada enfermo, quienes muchas veces más que químicos necesitan una ayuda espiritual.

Los precios de las medicinas varían entre los $1.500 y $3.000 pesos. J

Las curiosas aventuras de 700 japoneses en Valpo

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Imagine que llega a un lugar en donde todos se expresan con un idioma muy diferente al suyo y que además utiliza un alfabeto que no se parece en nada a su lengua materna. ¿Qué haría? lo más seguro es que tratar de defenderse con un par de señas, pero los 700 japoneses que llegaron a Valparaíso desde los buques Kashima, Yamagiri y Shimayuk, en el marco de un entrenamiento marítimo, hicieron algo mucho más práctico: le tomaron fotos a todo lo que querían conocer y comer en la ciudad y se las mostraron a los comerciantes y locatarios.

Fernando, garzón del "Moneda de Oro", cuenta que cuando vio a algunos de estos japoneses llegar al conocido restorán, se complicó bastante por la barrera idiomática, pero que se sintió aliviado al ver que los jóvenes mostraban fotos desde sus teléfonos móviles para pedir lo que querían. "Ellos llegaron, se ubicaron en las mesas y escuché cómo hablaban. Obviamente no les entendía nada, pero cuando me acerqué a ellos para tomar el pedido y me mostraron lo que querían con fotos, entonces no hubo ningún problema. Ellos ya venían preparados", dice.

Lo simpático de la situación, es que los japoneses conocían bastante bien la cultura chilena y lo primero que pidieron fue una cerveza Escudo. "Me mostraron la foto de esa cerveza y también de la Cristal. Y luego pidieron comida como bife chorizo, congrio, merluza, bistec a lo pobre... harta comida de mar", declara Fernando.

Bajo perfil

La dueña del restorán porteño destacó la personalidad de los visitantes. "No eran como los típicos turistas. Eran jóvenes, pero muy bajo perfil. De hecho, lo que más querían era pasar desapercibidos. Yo como hablo inglés conversé un poco con ellos y me decían que andaban acá por temas de negocios y no les gustaba que les tomaran fotos. Ellos subían sus cosas a Internet", relató.

La Escuadra de Entrenamiento del Japón, comandada por el Contraalmirante Yasuki Nakahata, llegó a Valparaíso este lunes 31 de agosto y se quedará hasta hoy 2 de septiembre. Los 700 jóvenes oficiales que participan de este curso de entrenamiento que dura 160 días, incluye paso por EE.UU, Guatemala, Honduras, Colombia, México, República Dominicana, Nicaragua, Brasil, Perú, Uruguay, Argentina y Chile, con el objeto de promover las relaciones amistosas entre los países. En esta oportunidad, la misión marítima permitirá estrechar aún más los lazos de hermandad y cooperación entre Japón y Chile, que en 2017 celebrarán 120 años de relaciones de amistad. J