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Hombres que pagan por sexo son más agresivos

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Ya sea por buscar algo diferente o simplemente porque no tienen dónde encontrar a una pareja sexual, pagar por sexo es una práctica bastante común. Sin embargo, un reicnete estudio entregó un dato adicional sobre el tema: los habituales de esta práctica son más agresivos sexualmente hablando.

La investigación realizada por la Universidad de California en Los Ángeles, Estados Unidos, sugirió que los hombres que pagan habitualmente para tener relaciones sexuales tienen más probabilidades de haber cometido o de cometer violación y otros actos sexuales de carácter agresivo.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores contaron con la participación de 1200 hombres similares en edad, etnia y nivel socioeconómico, a quienes se les entrevistó durante unas dos horas y se les prometió el anonimato. De los 1200, se seleccionaron 101 hombres que dijeron pagar habitualmente por sexo y 101 hombres que no lo habían hecho nunca.

Los resultados, publicados en la revista 'The Journal of Interpersonal Violence' y replicado por el sitio peruano Rpp.com.pe revelaron que los hombres que pagaron por sexo compartían ciertas características clave con los hombres que están en riesgo de cometer una agresión sexual.

Sexo impersonal

"Ambos grupos tienden a tener preferencia por el sexo impersonal, miedo a ser rechazados por las mujeres, un historial de haber cometido actos sexualmente agresivos y una auto identificación masculina hostil (personalidad narcisista, hostilidad hacia las mujeres o deseo de tener poder sobre ellas). Los que compran sexo tienen menos empatía por las mujeres en la prostitución y las ven como intrínsecamente diferentes a otras", aseveró uno de los autores del estudio, Neil Malamuth.

"Esperamos que esta investigación conduzca al rechazo del mito de que los compradores de sexo son simplemente chicos buenos sexualmente frustrados", afirma Melissa Farley, líder del estudio.

Asimismo, el estudio hizo hincapié en factores de riesgo como la conducta antisocial, la preferencia por el sexo impersonal, el tratamiento del sexo más como un deporte que como parte de una relación íntima y una masculinidad hostil. J