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La historia del popular motel que sobrevivió al incendio

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"Motel Parque Pajonal, algo muy especial, suba por Santa Elena y siga la huella", es la frase de la propaganda que quedó grabada para siempre en los porteños. La misma que invitaba a dar rienda suelta a las pasiones en sus tiempos mozos, cuando las 22 cabañas privadas del motel se llenaban de clientes durante las 24 horas del día.

La historia del Pajonal se remonta al año 1918, cuando el inmigrante alemán Roberto Riegel, compró el fundo ubicado en el cerro Merced, uno de los siniestrados en el megaincendio del sábado 12 de abril de 2014. Él se preocupó de cultivar y mantener el bosque que había en el interior, y también crió animales con el fin de cuidarlos y estudiarlos.

En 1973, el fundo pasó a manos de sus sobrinos; y como la historia con los incendios en el puerto se repiten, un gran siniestro consumió casi todo el Pajonal. Fue así que Úrsula Riegel, una de las herederas, junto a su esposo, tuvo la idea de instalar un motel.

En ese entonces, las primeras doce cabañas, las cuales nadie conocía, estaban ubicadas al borde de la avenida Alemania, donde estaba la administración del fundo El Pajonal.

Con el tiempo, a Úrsula y su esposo Gerhardt Sporns, se les ocurrió expandir la experiencia pionera en la zona; es por eso que durante la época del Festival de Viña del Mar dejaron volantes en los automóviles estacionados tanto en la Ciudad Jardín como en la Ciudad Puertos. Ahí aparecieron los primeros clientes del Motel Parque Pajonal.

TIEMPOS MOZOS

En cosa de tiempo, los apasionados amantes porteños comenzaron a transmitir la noticia de boca en boca. Y así el servicio comenzó a tener cada vez más demanda. Un negocio inédito para la época que fue muy bien acogido por todos, ya que contaba con las comodidades y la discreción que las parejas buscaban y buscan hasta el día de hoy.

En un comienzo, la competencia directa eran solo dos moteles en Valparaíso, pero al poco tiempo la idea se replicó y la clientela se repartió. Los clientes, que a veces aparecían cuatro veces en la misma semana, comenzaron a frecuentar el lugar sólo un día.

Y con el tiempo aparecieron otros factores, como la explotación urbana que tuvieron los sectores altos de los cerros porteños donde comenzaron aparecer casas, poblaciones y nuevas villas en los alrededores del Pajonal.

Eso tornó peligroso el tradicional camino de tierra que aparece en la subida Santa Elena, hacia el cerro Merced; camino que rodea la antigua fábrica de chocolates Costa, que por lo demás está intacto desde la época, no cuenta con luminaria y menos con pavimento.

Ahora los pocos clientes que suben al motel prefieren hacerlo por la ruta que sube desde el plan por los cerros Mariposa y El Litre.

INCENDIO Y DECADENCIA

Hoy el panorama para el Motel Parque Pajonal está cada vez más complicado, aunque está ubicado a sólo cinco minutos del centro de Valparaíso, cada vez tienen menos clientela.

Así lo confirma su actual encargado y administrador, Héctor Núñez, quien asegura que tras el megaincendio todo se fue cuesta arriba.

"Se nos quemaron siete cabañas, la lavandería y el depósito. De las 22 cabañas originales solo quedan 15 activas", relata mientras muestra lo que quedó de las cabañas calcinadas.

"Con el incendio pasamos un susto grande y los clientes tuvieron que salir arrancando porque caían unas bolas de fuego gigantes acá encima", dice don Héctor.

El servicio sí, es de primera, asegura el administrador. "La gente llega en sus autos, cada cabaña tiene su estacionamiento privado, pero también hay gente que se viene en taxi o colectivo".

Las tarifas del Motel Parque Pajonal son de 12.500 pesos las seis horas en una cabaña básica y bien equipada con baño privado. Y 14.200 cuestan las cabañas más grandes. J