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Cambió las luces de la TV por el brillo de las joyas

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Hace 8 años, Carolina Vargas tenía a todo Petorca pegado al televisor, siguiendo sus pasos en "Cantando por un Sueño" de TVN. Hoy, su vida es totalmente diferente: aburrida de la ciudad decidió radicarse en el campo y dedicarse a su familia y a la artesanía en plata

Con zapatos estilo 'chinita', un pantalón 'bombacho' y una comodísima polera, Carolina Vargas abre la puerta del taller de joyas de su padre en la localidad de La Polcura ( comuna de Petorca), para comenzar un nuevo día de trabajo.

Su vestimenta, aunque sencilla, está cuidadosamente acompañada de un par de aros que iluminan su cara. El mismo rostro que también se llenaba de luz cuando, hace siete años, se presentaba sobre el escenario del estelar de TVN "Cantando por un Sueño" junto a su partner Lizardo Garrido. Por su pasado en la TV y ese toque de vanidad que muy rara vez está ajeno al género femenino, sabe que siempre hay que estar presentable, "aunque uno esté dedicada a la casa, siempre hay algún paparazzi por ahí", bromea.

Aunque reconoce que no acostumbra a usar tantas joyas, le fascinan los aros y los anillos, pero no sólo usarlos, si no que diseñarlos. Ese gusto lo heredó de su padre, Gonzalo, un joyero de amplia experiencia en Petorca, y por quien la cantante tiene una profunda admiración. "Tuve la suerte de aprender de los mejores", asegura, refiriéndose a su progenitor y a Andrea, su mujer, a quien Carolina quiere como una madre.

nueva vida

Carolina nació y creció en Viña del Mar, a los 14 años se reencontró con la tierra de su padre: Petorca. Aquí pasó toda su enseñanza media, para luego volver a la Ciudad Jardín a estudiar en la academia de canto de Gloria Simonetti. Aunque hasta ese momento, la mayor parte de su vida la había pasado en la ciudad, el nexo que construyó con el valle de la Quinta Región interior fue tan profundo que hoy declara ser "petorquina de corazón". De ahí, que fue el primer lugar que se le vino a la mente para vivir cuando decidió cambiar el ruido de la urbe por la tranquilidad del campo.

Luego de su comentado segundo lugar en el programa ( en la prensa incluso se habló de una posible intervención en los resultados para favorecer a Cathy Barriga y su 'soñador'), y tras lograr de igual forma su sueño del bypass gástrico, la vida de Carolina cambió drásticamente. "Todo pasó como tenía que pasar y cuando tenía que pasar", dice al recordar la felicidad de Harold del Villar (su rival en la final) cuando supo que podría cumplir su objetivo de viajar a Cuba. Además, la cantante se declara una agradecida de quienes hicieron posible la operación, porque "en ese momento comenzó una nueva vida para mí y pude ser madre".

La maternidad fue un nuevo sueño cumplido para la cantante. Sabía que con su obesidad mórbida (llegó a pesar 128 kilos) sería difícil lograrlo; por eso hoy Julieta, de 6 años, y Violeta, pronta a cumplir los 3, son su motivo para levantarse cada día, "su prioridad", como recalca.

Y, aunque su primogénita no se cansa de ver videos de su madre en internet y de pedirle que vuelva a cantar en TV, Carolina tiene claro que no es el momento. "Mucha gente me preguntó por qué no fui a The Voice, incluso el día del casting estuve en Viña, pero no fui porque es un sacrificio grande dejarlas solas. Ahora no sacrificaría tiempo de estar con ellas para estar en la tele, tal vez cuando estén más grande, quién sabe".

anillos y aros

Lejos de las luces de la TV, Carolina se pasea por las calles como una petorquina más, a veces corriendo para recoger a tiempo a sus hijas del jardín y el colegio. "Con mi pareja vivimos lo que tiene que pasar toda familia trabajadora, buscando la forma de sacar adelante la casa y las niñitas. Así que no paramos en todo el día", cuenta sobre esta nueva etapa.

Son 24 horas destinadas a la familia, de las que toma prestadas algunas de vez en cuando, para volver a mostrar su potente voz en escenarios de la zona, como en el último Festival Palmenia Pizarro de San Felipe, donde fue la vencedora. Pero, como "no quiero ser cantante sólo de festivales", asegura, revela que ya tiene en mente hacer un EP con nuevos temas.

En lo laboral, dedicada 100 % a la artesanía en plata, Carola busca la forma de llevar su pasión por la música incluso a las joyas. La ex de "Cantando por un Sueño" comenta que "es difícil expresarlo en palabras, pero a veces estoy escuchando música, me pongo a cantar y se me vienen a la cabeza ideas para diseños de joyas. Es muy loco, no sé si a alguien más le pasa, pero para mí crear joyas es como componer una canción".

EN FACEBOOK

Con sólo algunos meses dedicándose de lleno a la confección de joyas, el sello de Carola ya comienza a hacerse un espacio en la zona y , de a poco, reconoce sus creaciones en las manos, muñecas y rostros de las petorquinas. Sus inconfundibles diseños de mandalas, el juego de colores con diferentes tonalidades que van desde el amarillo al azul, todo su trabajo está disponible en su página de Facebook: Carola Vargas Joyas. J