"Por fin me quité la espinita del primer partido, me costó volver y estoy feliz ya que a ratos se jugó muy bien al fútbol. Creo que pudimos haber cerrado mucho antes el partido, pero me parece que fuimos muy superiores a La Calera".

Con estas palabras, David Pizarro analizó lo que fueron sus primeros minutos con la casaquilla de Wanderers.

"La gente apoyó bastante, la espera había sido muy larga y les dimos un lindo regalo al quedarnos con los tres puntos. Es una pena que el rival haya cometido el error con los extranjeros, pero lo que vale son los tres puntos", agregó.

LARGA ESPERA

Consultado respecto a si valió la pena la espera, Pizarro indicó: "Claro que sí, pese a que fue un poquito larga, pero ya ahora puede temblar como dijo el flaco Castellón. Ahora lo bueno es que jugué todo el partido, hubo por ahí bastante pierna fuerte, pero tendré que acostumbrarme a sentir la pierna fuerte de mis colegas chilenos. Uno al final está acostumbrado a este tipo de roces que al final son cosas del fútbol".

En cuanto a lo que le faltaría por mejorar y respecto a si está cerca de su máximo rendimiento, el ex Fiorentina dijo que "estoy cerca de mi nivel, pero eso se gana entrenando y estando cerca de mis compañeros. Hoy me voy tranquilo, ya que no vamos a mejorar tanto de un partido a otro, pero el balance me parece que es muy positivo.

Finalmente y consultado para qué está Wanderers, Pizarro fue más bien reflexivo y autocrítico.

"Queremos llegar lejos, pero lo primero es reconocer que estamos al debe. Esto requiere trabajo, tenemos que mejorar y apostar a la liguilla de la post temporada". J

Si bien fueron varios los condimentos que tuvo el pleito disputado el sábado entre Wanderers y Unión La Calera -como el grosero error del técnico visitante (que incluyó a un sexto extranjero), la lamentable lesión de Castellón y el debut del joven David Pérez- lo que todos los hinchas aguardaban y, con ansias, era el tan esperado redebut de David Pizarro en Wanderers.

Y no era para menos, ya que mal que mal, fueron casi 17 años los que el "Fantasista" y sus seguidores tuvieron que esperar para reencontrarse... David, con la casaquilla N° 7 en su espalda y los hinchas, muchos que quizás nunca lo vieron vestir los colores verdes, pero que sí supieron de los éxitos que este talentoso playanchino paseó por importantes clubes de Europa como el Manchester City de Inglaterra, el mismo que hoy dirige Manuel Pellegrini, y los italianos del Udinese, el Inter de Milán, la Roma y la Fiorentina.

En esta ocasión, omitiremos ahondar en lo que fue el partido mismo y el triunfo de Wanderers por uno a cero ante Unión La Calera. Ya que la estrella de la tarde -y centro de todo comentario- fue sin lugar a dudas, David Pizarro, quien tras ingresar detrás de Ormeño, en el sexto lugar de la fila de jugadores porteños, saludó al árbitro, luego a sus rivales, se encaminó hacia el centro de la cancha y miró hacia arriba... hacia el cielo, sin hacer mayores aspavientos. De seguro, más de alguna palabra para el de arriba, para Dios, pero también nos aventuramos en decir que por la mente de Pizarro también tuvo que pasar la figura de su hermana ya fallecida, quien fue y ha sido muy influyente en las decisiones deportivas y de vida que ha tomado David.

En la canchas, todos o la gran mayoría lo vio. Gran técnica, mejor pegada y una precisión a toda prueba. Ya no es el niño habilidoso y comilón que hacía una de más. Hoy es un crack y Wanderers, al fin, lo puede disfrutar. J