Hasta mañana se venderán los números de la tradicional rifa gigante organizada por el Cuerpo de Bomberos de Valparaíso.

El lema de la campaña es "Nuestra Misión es Ayudar", pero ello en realidad no ha acontecido mucho con la ciudadanía. La institución informó que hasta el 28 de septiembre los niveles de venta se situaban en torno al 60% faltando pocos días para el término de la campaña. Esta situación es preocupante para los caballeros del fuego, dado que no se estaría cumpliendo con las metas propuestas para mejorar el servicio diario que brindan a la comunidad. "Lamentablemente dependemos de la rifa. Está incorporada en nuestro presupuesto y en buena medida su éxito nos permitirá estar mejor equipados para enfrentar las diversas emergencias. Para nosotros es una inversión importante de tiempo y recursos, han sido dos meses en las calles, por eso esperamos la respuesta de la ciudadanía, aunque sea los últimos días de venta", dijo el superintendente Miguel Sánchez. J

Otro ejemplo de la controvertida puerta giratoria de la justicia hubo en Valparaíso. Cerca de las 12.45 horas la SIP de la Segunda Comisaría Central patrullaba por Pedro Montt con Rawson, cuando vieron a dos sospechosos que se subieron por la parte trasera de una micro en avenida Uruguay. Uno le arrebató un celular a una pasajera y el segundo le prestó cobertura. Cuando el autor material del ilícito descendió fue arrestado en el acto. No así su cómplice que emprendió velozmente la huida hacia la plaza O'Higgins, siendo perseguido por los carabineros. Le dieron alcance en calle Retamo, entre avenida Colón y Van Buren. Para despistar se cambió de ropa y deshizo de un teléfono que portaba. Dijo que era suyo, pero al manipularlo los policías llamaron a un contacto.

Respondió un joven que informó el equipo era de su polola viñamarina D.P.A.A., 23 años, estudiante de la UV, que el día anterior le fue sustraído en avenida Francia con Errázuriz. Fue avaluado en $150.000. El otro móvil recuperado era de T.F.B., 26 años, también universitaria. Los imputados son F.A.G.G. y B.A.N.E., ambos de 15 años. El primero de cerro La Cruz y el segundo de barrio O'Higgins. Tienen prontuario de lanzas. Minutos antes del último golpe salieron libres del juzgado, luego que uno fuera formalizado por robo por sorpresa al quitarle un celular a una mujer en plaza Sotomayor. Uno quedó arrestado en un centro del Sename, y el otro entregado a sus familiares. J

Plop y exigiendo una explicación como Condorito quedó un hincha caturro, luego de un tragicómico suceso ocurrido esta semana. El protagonista de la historia se llama Gabriel Marambio, tiene 33 años y es padre de una menor de 8. Vive en la parte alta del cerro Jiménez. Es chofer y trabaja para el conocido concesionario viñamarino Germán Mondaca. Recuerda que la tarde del martes manejaba el vehículo de su jefe, un furgón Suzuki APV gris por el plan porteño. Estacionó en calle Las Heras, a la salida del Líder, y cuando bajó fue atropellado por la conductora de un automóvil Kia plomo, que literalmente le hizo un "sándwich" y lo aprisionó contra su móvil.

Gabriel cayó al suelo mientras la irresponsable conductora siguió sin prestarle auxilio. "Sufrí un profundo corte en el antebrazo derecho y empecé a sangrar bastante. No tenía sensibilidad y pensé que me había afectado una vena". Temió que la ambulancia y la policía se iban a demorar, por ello pidió a los testigos de la escena si lo podían llevar en el furgón al Van Buren.

yo te ayudo

"Yo sé manejar, yo te puedo ayudar", afirmó un joven desdentado, delgado, pelo corto, de 1.70 de altura, que sobresalió entre la muchedumbre. Ambos subieron al vehículo y se fueron raudamente hasta el centro asistencial. Gabriel ingresó raudamente hasta la posta, donde dice tuvo una buena atención. Fue a rayos, le pusieron una decena de puntos y tras un par de horas de observación lo remitieron a su domicilio con reposo por 15 días. Salió a la calle para agradecer al "buen samaritano" que lo auxilió, pero ni luces de él, y lo que es peor, tampoco del furgón de su patrón. Afortunadamente unas horas después unos amigos le alertaron que el Suzuki apareció abandonado en la calle Cuesta Colorada del cerro Ramaditas. No se hallaba en las mejores condiciones. Le faltaban las llantas, las llaves, la radio y hasta la bocina que es la misma del General Lee de la serie Los Dukes de Hazzard. Gabriel averiguó que el hombre que le ayudó y después le robó, es un ambulante que vende papel higiénico en el sector.

Su intención es ubicarlo, no para cobrar justicia por su mano, sino que para que responda ante la ley, al igual que la mujer que lo atropelló y huyó. Por ahora está feliz que su jefe no lo culpa, y le ha prestado todo su apoyo tras este insólito incidente. J