Acumulación de basura hizo explotar casa en Viña del Mar
El feroz estruendo que interrumpió ayer el almuerzo de los residentes del pasaje Pelu de la población Sedamar de Miraflores Alto, vino a confirmar las aprensiones que por años tuvieron con la presencia de una familia que ponía en riesgo sus vidas.
A las 13.00 horas una explosión se sintió en la vivienda de material mixto asignada con el N°3224, ocupado por el matrimonio conformado por Carlos Gálvez, de 88 años, y Palmira Palma, de 84. "Mi mamá estaba en la cocina y se llegó a caer con la fuerza de la explosión", recuerda la joven Arlene Mundaca, vecina de la casa siniestrada. Cuando los residentes del pasaje fueron a mirar lo sucedido el panorama era dantesco, ya que literalmente el inmueble estaba destruido. En medio de una nube de humo y polvo habían planchas de zinc y de plástico rotas, vigas y soportes de madera partidos en dos, puertas descuadradas y cosas diseminadas por todo el perímetro, incluso material sobrante en el techo de otras viviendas. Era un escenario desolador. Algunos testigos se preocuparon de grabar con su celulares y tablets, pero los más conscientes recordaron que adentro habían dos vidas y como pudieron trataron de ingresar. Pero estaban atrapados en medio de la ruma de escombros y basura.
rescate
Bomberos y Carabineros se unieron al rescate. Finalmente lograron dar con la señora Palmira, que cocinaba cuando sucedió la detonación. Su esposo fue ubicado en otra dependencia de la residencia. Ella tras ser inmovilizada en una camilla fue evacuada a través del muro del patio de una vecina, mientras a su marido lo sacaron por el frontis.
Ambos tenían quemaduras en su rostro, cortes y otras laceraciones en el cuerpo, por lo que fueron llevados por el Samu hasta la Unidad de Emergencia Adulto del hospital Gustavo Fricke. En este recinto asistencial se informó que los ancianos se encuentran conscientes, estables, con quemaduras leves en el rostro y otras heridas menores. Por precaución y su avanzada edad anoche iban a quedar en observación.
Luego del traslado de los heridos en el lugar trabajaron peritos del Cuerpo de Bomberos. "Los ancianos sufrían, según contaron los vecinos, mal de Diógenes. Tenían acumuladas ropa, comida y eso es normal que genere gas metano, más aún en condiciones de humedad como las que tenemos actualmente, lo que apura el proceso de descomposición", explicó el comandante Gonzalo Román. Cuando la anciana cocinaba se habría generado la chispa que entró en contacto con el gas metano y la posterior explosión. La revisión a un balón de gas licuado sacado del lugar no habría develado fallas o filtraciones. Peritos del Labocar se unieron por la tarde a las pesquisas para dilucidar las causa del accidente.
Arlene Mundaca dice que durante años el jefe de hogar evidenció que sufría de la enfermedad conocida como mal de Diógenes, acumulando basura en su hogar, situación que le había traído más de un problema en el barrio. "Hace dos meses hubo emanaciones y vino Bomberos, pero el caballero no los dejó entrar", recuerda.
El matrimonio no tiene hijos y los residentes esperan que el municipio intervenga en el aspecto social, ya que la casa quedó inhabitable y llena de desperdicios que esperan sean retirados. Además solicitan que el matrimonio reciba ayuda sicológica y les consigan un espacio donde pasar su vejez. J