Una tarde, Paula González, más conocida como "Lobita", recibió un mensaje por Facebook. Pero, a diferencia de los muchos que recibe por su labor animalista, era uno que le informaba una triste noticia: una perrita de Reñaca Alto que, producto de un violento corte con cuchillo cartonero, se había quedado sin nariz.
Conmovida y llena de rabia, al día siguiente fue hasta el lugar en donde la tenían para rescatarla. Desde entonces, está haciendo lo posible para que la perrita a la que bautizó como "Sofía", vuelva a tener una nariz como corresponde.
"Me escriben diciéndome que una mujer que es drogadicta le había cortado la nariz a una perrita con un cuchillo cartonero. Y que los vecinos, apenas se enteraron, la buscaron para lincharla por lo que hizo. Ella alcanzó a escapar del lugar donde arrendaba, pero un caballero se llevó a la perrita a su casa por mientras y me contactaron para ayudarla", relata la Lobita.
Operación complicada
Apenas se la trajo al canil que ella misma ha levantado con sus propios medios, la mujer se comunicó con varios veterinarios para darle atención y un pronóstico. Pero lo que escuchó fue aún más triste. "Me dijeron que la reconstrucción nasal es bastante complicada porque a la perrita le arrancaron todo el cartílago de la nariz. No tiene tejido y por el momento, sólo puedo darle medicamentos y los cuidados que me han recomendado", dijo con pena.
No obstante, se va a realizar una junta médica para ver qué se puede hacer en este caso. "El daño que le hicieron fue muy grande y por eso se va a realizar esta junta. Lo más probable es que la operen en Santiago, pero actualmente está empezando a cicatrizar, respirando por uno de los hoyos. Está más tranquila, adaptándose al canil. No doy la dirección porque no quiero que vengan a botar perritos", afirmó la animalista.
El maltrato, que fue dado a conocer a través de las redes sociales, ha movido a muchas personas a colaborar con dinero. "La fundación Makea reunió $250 mil los cuales han servido para pagarle a los veterinarios y también cuidar a los 35 cachorros que tengo en el canil. La gente me ha seguido depositando y todo va para estos fines", asegura la joven que publica todos los movimientos de los dineros en el Facebook "El canil de Lobita".
"Ahora estamos en este canil humilde que yo construí desde que asesinaron a mi hijo Bastián. Él rescataba perros escondido de mí y cuando supe, entendí que esa era la misión que me había dejado. Por eso espero que el terreno en donde estamos ubicados y que es prestado, pueda ser comprado para seguir con esto. Mi deseo es llegar a Farkas y pedirle que compre éste u otro terreno para seguir con esta labor animalista. Que me lo compre no más y yo me encargo del resto", declaró. J