Si, después de 52 años, sin haber tenido ningún problema médico, empecé con una extraña enfermedad que durante meses no se sabía qué era, pero el Señor puso un doctor, don Gorki Osorio, quien con visión identificó mi enfermedad, Mucosele Apendicular Gigante", y derivado urgente al Hospital Eduardo Pereira, un mundo extraño, diferente, que no conocía, con personas que me recibieron como un amigo, una atención de lujo, un cuidado de rey, donde vi el esfuerzo de cada paramédico, médico, enfermeras, auxiliares, y los apreciados alumnos en práctica, que daban todo para cumplir sus objetivos. Un mes internado, muy grave, pero si no fuera por cada sonrisa, atención, cuidado y calidad de cada integrante del equipo del hospital, desde los auxiliares de aseo hasta el máximo doctor, no habría salido tan bien para seguir trabajando por mi familia y mi país. Debo dar las gracias infinitas a todos los integrantes del hospital y en especial al doctor Garrido, que vi en persona su amor y dedicación por su profesión. Que Dios los bendiga a todos.

Francisco Ramírez Naranjo.