Estudios internacionales estiman que una de cada seis parejas sufre problemas de fertilidad. El fenómeno, añaden los expertos, se da de igual manera en todo el planeta, independiente de la nacionalidad o raza de las personas.
Y aunque sus causas muchas veces son netamente biológicas, existen factores sociológicos que la explican: el retraso constante de la edad en que hombres y mujeres deciden ser padres influye directamente en las posibilidades de que se sufra de infertilidad. En el caso de la mujer, puntualmente, la curva descendiente de su capacidad para convertirse en madre comienza a los 35.
Según una publicación del diario El País, cuando una pareja decide someterse a un tratamiento médico es porque ha pasado más de un año tratando de concebir un hijo. A este tiempo se le suma el que pasó entre que se reunieron y el que decidieron tener un hijo, y el que tardaron en tomar la decisión de tratarse.
Mitos
Para afrontar la infertilidad es clave, primero, deshacerse de los mitos: el pesimismo y el estrés no influyen en cómo reacciona el cuerpo de la mujer. "Relájate y te embarazarás" es una frase tan común como falsa. Por el contrario, el pesimismo y el estrés son consecuencia del problema y no la causa.
Conocido esto, cuando la pareja decide someterse al tratamiento es fundamental perseverar en él, independiente de los intentos fallidos. El 25% de los pacientes decide abandonarlo apenas fracasa el primer intento. Esto se convierte en una decisión prematura, sobre todo al saber que el 80% logra el embarazo dentro de los tres primeros procesos.
Es importante, también, compartir el problema con la familia y los amigos más cercanos. Aislarse y responder con evasivas a las típicas preguntas es contraproducente. J