Vendedor de empanadas afectado con el paro
El paro del Registro Civil sigue y al parecer tiene para rato, pero José Luis Carvajal llega todos los días sagradamente a las 8:30 de la mañana a instalarse en la puerta principal del edificio ubicado en calle Esmeralda 916, para vender sus empanadas de pino, que él fabrica.
Hace ya cinco años que el hombre que un día llegó de San Felipe al Puerto en busca de nuevas oportunidades laborales, se gana la vida alimentando la eterna espera de los usuarios del Registro y ya se ha hecho de su clientela fiel.
"Igual el paro me ha afectado las ventas, ahora vendo la mitad de lo que vendo cuando funciona de forma normal. Yo trabajo de lunes a viernes y con el mismo horario del Registro, sin ellos no soy nada", asegura el trabajador quien dice que se debe a sus clientes. "La gente me conoció a aquí y por ellos me quedé".
Las empanadas de pino de José Luis son cotizadas y él mismo las hace. "Dejo el pino hecho en la noche para que esté más rico y reposado, así en la mañana están listas, listas para matar el hambre", dice.
Mientras relata su historia los transeúntes le compran de a cuatro empanadas y a sólo $700 cada una.
Aún así asegura que de las 140 empanadas que vendía ha estado vendiendo unas 70, lo que varía dependiendo del día. Pero seguirá ganándose la vida con sus empanadas. J