Secciones

Kafod: la familia rockera que vive de la música

E-mail Compartir

Esta historia llena de música y alegría, comienza cuando Carlos Cruz, guitarrista y viñamarino, le hizo "ojitos" a su vecina Paula Demarco en Miraflores Alto. La excusa, según explica la pareja, fue la carátula de un disco que Carlos estaba grabando junto a su grupo rockero Kafod y que muy pronto vería la luz.

"Como Paula es diseñadora e ilustradora, le pedí que me ayudara con el diseño del disco y de ahí comenzó una linda amistad que bueno, luego llevó a una relación de casi ocho años...", explica Carlos, riendo.

A partir de entonces, los dos le dieron rienda suelta a su creatividad musical y artística, dando vida a un sin número de proyectos. Paula precisa que se complementaron tan bien, que no se dieron ni cuenta cuando tenían la agenda copada con presentaciones. "Hice la carátula, nos hicimos amigos y poco a poco se fue dando lo de tocar y componer. Aparte nos gustaba el mismo estilo musical, el rock progresivo, así que todo se fue dando", comenta la joven que además de la ilustración toca el piano y le pega a la confección de vestuario, a la repostería y al trabajo de la porcelana en frío.

Pequeño baterista

De la amistad al amor hubo un paso y Carlos junto a Paula comenzaron a hacer una vida juntos. Paula se integró a Kafod, y así estuvieron por varios años presentándose en distintos lugares del país, hasta que a principios del año pasado, cuando les pidieron musicalizar la obra de danza "Bosques de Hierro", decidieron transformarse en un dúo sicodélico. "El grupo era un cuarteto y en un momento hasta llegó a ser quinteto. Pero, ahora somos un dúo porque con Paula siempre hemos sido los creadores y gestores de la banda", detalla Carlos.

Sin embargo, a este dúo se sumó alguien inesperado....

"Llegó Juan Salvador, nuestro hijo, que hace poco cumplió seis años de vida. Y cuando eso pasó, inmediatamente pensé que la maternidad postergaría mi vida musical. Pero, para sorpresa mía y de nuestros cercanos, ha sido todo lo contrario porque Juan Salvador sacó mucho de los dos y ama la música, ha sido todo muy armonioso", asegura Paula, chocha de su retoño.

El pequeño Juan Salvador, que también está presente en la entrevista, se ríe a carcajadas y muy orgulloso manifiesta que le encanta lo que hacen sus padres.

"Yo quiero mucho a mis papás y quiero hacer mucha música como ellos. Yo quiero tocar todos los instrumentos, ¡todos! la guitarra como mi papá... y mi casa va a tener muchas salas de estudio, también una cocina para comer, pero todas van a ser salas de estudio para hacer música y más música", declara el menor segurísimo de lo que quiere en la vida.

Carlos le da un abrazo y le susurra que también le gusta dibujar y hacer videos. "Ah sí, me gusta Batman, hacer dibujos... historias, pero me gusta la música y quiero siempre tocar", insiste.

En este punto, la pareja explica que Juan Salvador demostró que tenía talento para la música cuando apenas tenía 8 meses de vida. "Lo veíamos como se arrastraba buscando cosas que pudiera tocar como tambores. Luego le regalamos uno y de ahí no paró más, hasta que la batería del baterista que toca en Kafod tuvo que dejar su instrumento en su casa como un mes. De ahí no paró y nos dimos cuenta que eso era lo que quería hacer", apunta Paula.

En efecto, Juan Salvador no se despegó de la batería hasta que su dueño se la tuvo que llevar. Ese día fue terrible, se puso a llorar y nada ni nadie le quitaba la cara de pena.

"No nos quedó otra que regalarle una en Navidad. Seguía los ritmos de los temas de Kafod y rápidamente, sólo de oído sacó otras canciones más", recuerda Carlos.

El pequeño baterista aprendió las composiciones del dúo de sus padres, pero también otras piezas magistrales de Pink Floyd, Génesis y Gotye. Fue así como le quedó gustando el asunto y pidió hacer un concierto para su cumpleaños.

"Desde que tiene la batería lo único que quiere es tocar. Por eso, cuando cumplió 5 años, pidió que hiciéramos un concierto en donde él pudiera tocar. Nos preparamos harto, hicimos afiches, ensayamos mucho, pero él estaba tan contento, que realmente valía la pena. Al final fue un éxito, tocó delante de muchos amigos, vibró con la música y quedó feliz", relata la mamá.

Autodidactas

Carlos y Paula señalan que son músicos autodidactas. Que recibieron algunas clases particulares, pero que al igual que Juan Salvador, aprendieron mirando y oyendo. No obstante, ahora el pequeño está recibiendo clases profesionales porque desean que siga exponenciando su talento.

"Una vez a la semana está tomando clases con un profesor particular universitario que es muy bueno. Se llama Féliz Carbone y es el baterista de la banda Tryo. Juan Salvador le ha puesto harto empeño porque ha tenido que volver a hacer ejercicios básicos que ya sabe, pero que son fundamentales para que adquiera la técnica. Incluso ya lee partituras, pero... queremos que lo vea como un hobbie, no como una obligación", dice Carlos.

Paula opina lo mismo. "No queremos que esté tocando forzado... nos da susto que pase eso, por eso lo dejamos ser. Pero es tanto lo que le gusta, que al final él sólo pide seguir. Ensaya mucho; él quiere vivir de esto", afirma.

El pequeño se ha adaptado tan bien con el instrumento, que músicos del ambiente lo alaban. Para la edad que tiene lo hace muy bien y los videos de sus concierto-cumpleaños, han sido vistos y aplaudidos incluso por personas que están en el extranjero. "Mi baterista favorito es Phil Collins. Me gusta mucho y me gustaría ser como él. Quiero acompañar a mis papás y tocar con ellos en todas partes", manifiesta el músico.

Hace poco, esta entretenida familia tuvo la oportunidad de viajar a Alemania a mostrar su música. Y esto también fue inspiración para Juan Salvador. "Estuvimos tres semanas allá aprovechando de visitar a mi mamá. Mostramos nuestro arte y por primera vez tocamos desenchufados en la calle (unplugged). Esa una experiencia nueva, pero fue maravillosa y lo pasamos muy bien. Nos encantó y sería lindo volver en temporada alta porque nos dimos cuenta que a la gente le gustaba mucho y se quedaba viéndonos y escuchándonos con mucha atención. Incluso Juan Salvador aprovechó de tocar la batería en una tienda de música", declaró Paula.

Ahora en Chile recorren el país en una combi que compraron y adornaron a su gusto. Es azul y lleva el nombre y sitio de la banda Kafod. "La vimos hace unos años y nos enamoramos. La compramos y nos hemos pegado unos viajes súper lindos con ella. Siempre con los instrumentos, porque amamos la música y no podemos estar sin ella", dice Carlos.

Vivir de la música

Antes de que la pareja decidiera dedicar su vida a esto, muchas veces les dijeron que en Chile era imposible vivir de la música. Pero, ambos recalcan que el que no sigue sus sueños no es feliz. Que así como ellos pudieron hacerlo, otros también pueden.

"Nuestro hijo tiene el mismo talento de nosotros y si nos dice que quiere vivir de esto. No podemos cortarle las alas. Está recibiendo su educación en casa, ya sabe leer y si esto es lo suyo, lo vamos a apoyar. A nosotros nos dijeron muchas veces que cambiáramos el rumbo porque no se puede vivir de la música, pero sí se puede, con dedicación y esfuerzo", señalaron ambos.

El dúo actualmente se presenta todos los miércoles en el local "Delirio" de Reñaca, ubicado en Central 153. Ahí deleitan al público con sus composiciones propias y algunos covers. Asimismo, están trabajando en el segundo disco grabando videos y haciendo la campaña de difusión. El próximo 19 de noviembre, la pareja estará tocando en el programa "Toma Directa" de radio Valentín Letelier.

"Juan Salvador no toca porque es muy pequeño todavía y no lo queremos exponer. Pero con amigos y entre nosotros, tocamos y nos llevamos muy bien improvisando. Incluso yo toco algunas melodías y él rápido me sigue. Es un niño muy habiloso y para nada complicado. Queremos que viva su infancia y sea feliz con sus padres que tanto lo aman", declara Carlos.

Si usted desea escuchar y conocer más sobre el grupo, visite el sitio web www.kafod.cl. J