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La enfermera que dejó todo por su vocación

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Si usted tuviera la oportunidad de dejar su trabajo por otro, ¿por qué lo haría?, ¿por un mejor sueldo o por mejores condiciones laborales?. Seguramente por las dos razones, pero a la enfermera Roxana Rodríguez, quien actualmente se desempeña como la jefa del departamento de Enfermería del instituto Teletón Valparaíso, ni lo uno ni lo otro le importó para abandonar el buen puesto que tenía en el hospital Enrique Deformes. "Fue la vocación", dice con convicción.

Todo comenzó hace 36 años, cuando la doctora Margarita Solar, directora del instituto porteño, la llamó para pedirle que se fuera a trabajar con ella. "Yo en ese tiempo me había casado y tenía hijos, por lo que me interesaba mucho tener una vida familiar. En el hospital Deformes estaba súper bien, con buena paga y excelente trato, pero los turnos me quitaban tiempo valioso para ver crecer a mis niños. La doctora Solar me llamó cuatro veces para preguntarme si aceptaba hasta que accedí y me vine. Ya llevo 21 años", indica.

Trauma infantil

Para los compañeros de Roxana, la decisión fue una sorpresa. Sin embargo, ella asegura que no está arrepentida porque sus conocimientos en la traumatología fueron fundamentales para ayudar a muchos niños de la región. "Llegué ganando la mitad de lo que ganaba en mi antiguo puesto de trabajo, pero además de ayudar al prójimo y sentirme feliz por eso, podía pasar más tiempo con los míos y eso era impagable. Además, como me gustaba mucho el área del trauma infantil tampoco fue tan doloroso", apunta.

En este sentido, la porteña afirma que en ese tiempo sus colegas también la miraban "raro" porque no entendían qué tenía que hacer una enfermera en la Teletón. "Mis compañeros me preguntaban qué podía hacer una enfermera en un centro de rehabilitación porque el instituto principalmente tenía profesionales como kinesiólogos o terapeutas, pero yo mantuve mi decisión porque estaba segura que sería un aporte. Y así se fue dando, porque aparte de ver el área del trauma infantil, puncionar niños, curar heridas y otras cosas como cateterismo, he podido educar a madres y familiares de pacientes diciéndoles cómo los deben cuidar en casa y así evitar complicaciones", manifiesta.

Actualmente, en el instituto Teletón Valparaíso funcionan cinco clínicas: dos para las parálisis cerebrales, una para el sistema nervioso periférico, otra para lesiones medulares y una para el sistema nervioso central. En ésta última es en donde la enfermera Roxana trabaja. "Las clínicas están compuestas por 10 integrantes y siempre se están haciendo reuniones con un equipo multidisciplinario y las familias. Allí se les cita para ver sus expectativas y todos nos hacemos parte llegando a un acuerdo", detalla la enfermera.

"Era mi misión"

En cuanto a la relación con los pacientes, la porteña asegura que cada vez se estrechan más los lazos. "Soy abuelita de algunos ya, porque los he visto crecer y también fallecer. Ahora mi cargo es administrativo pero me cuesta mucho desligarme porque esto es parte de mi vida, algo que me llena y satisface. Cuando me ofrecieron venirme acá lo estudié harto rato pero entendí que ésta era mi misión… por eso uno siempre está con las personas ahí, participando de sus procesos y si tristemente mueren, también asistimos a su funeral, hay una tarjetita… un abrazo", sostiene Roxana, emocionada.

Para la enfermera, trabajar en la Teletón es un regalo. "Yo digo que es mágico estar aquí. Es una cosa humana hermosa porque nadie está triste ni enojado, todos están felices, con una sonrisa en el rostro. Y por eso no me arrepiento de haber dejado mi otro trabajo porque ahí los pacientes iban y venían y ahora no, hay un vínculo… aunque el desgaste interno es potente. Para estar aquí es vital amar lo que haces y aceptar lo que viene", cerró. J