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"Cartel del confort" desata las críticas de los porteños

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La estantería está casi desierta. Dos personas, luego cinco y más. "Llegar y llevar", parecieran expresar en sus movimientos. Pasan unos minutos y las pocas servilletas y el papel higiénico disponibles de las marcas "no coludidas" se esfuman como agua y sal.

El mensaje es claro: aquí en Valparaíso, como en gran parte de Chile, nadie quiere tener nada que ver con ciertas marcas. Tal como en la mafia, las llaman "Cartel del confort".

En la esquina de Bellavista con Brasil, hay tumulto matutino. Personas van y vienen. En la salida de una conocida cadena de supermercados, Carlos Castro, de Los Placeres, dice no estar ajeno a la polémica: "Es el colmo. Ahora todo es hacer trampa a cualquier nivel. Y el costo por supuesto lo pagamos los clientes".

A su lado, otro peatón, de nombre Juan, sostiene una pesada bolsa de plástico. "Una vez más nos ven cara de qué. Esto de coludirse por tantos años, así como en lo de las farmacias, na' que ver. No creo en esas lágrimas...", afirma.

Se refiere al mea culpa del fin de semana que tuvo el empresario Eliodoro Matte, dueño de la Papelera, en el ojo del huracán. "Esto puede sonar increíble, pero aquí fuimos engañados", se defendió en una entrevista publicada por El Mercurio.

PAPELÓN

Tras el escándalo de colusión de las papeleras CMPC y SCA dado a conocer por la Fiscalía Nacional Económica (FNE), las grandes beneficadas fueron las marcas que quedaron fuera del acuerdo que fijó los precios por cerca de una década: Scott, Acuenta o Kleenex.

Ya en las redes sociales el tema es festín. Y la rúbrica del perro es emblema: Scott se posicionó en Twitter como "Trending Topic". El boicot a la colusión se ha reflejado en las góndolas de los supermercados.

Las implicancias de este bullado caso podrían incluso salpicar por otras partes. Desde el Gobierno se aventuró a un escenario. Téngalo presente: 41 millones de dólares gastó el fisco en papel higiénico desde el 2007 a la fecha. Y si el Gobierno incurrió en tamaños gastos, ¿qué queda para usted, como consumidor de a pie?

"Aquí nosotros, los compradores, salimos perjudicados. Ellos (los empresarios aludidos) seguramente no pagarán cárcel. Esto es un abuso en insumos de primera necesidad", alegó Paula Torres, prevencionista en riesgo, de Las Heras.

ambulantes

En la esquina de Bellavista, un comerciante, entre varios ambulantes, comenta sin anestesia: "Vendo, pero es una sinvergüenzura. Eso pasa en Chile".

Otro ambulante que se identifica como Pablo, de avenida Alemania, dice: "Extraño, pero nos ha bajado la venta. Veremos qué pasa".

De vuelta en la misma avenida Brasil, Ángel, comerciante ambulante del cerro Las Cañas, acota: "Ahora los rollos de papel los tengo en luca. Antes, en 900 gambas. Algo debe quedar, estimado", dice mientras indica en dirección al supermercado, con una advertencia: "Allá los venden casi en dos lucas".

Hasta Benito Baranda, presidente ejecutivo de América Solidaria, sacó la voz a la opinión pública. "Al estimular ese egoísmo y la codicia, como en este caso, se exarceba el egoísmo del ser humano". De hecho, la empresa involucrada, CMPC Tissue, filial del Grupo Matte, decidió suspender tres de sus 23 marcas asociadas a la Teletón.

Una comerciante de la zona saltó a la noticia. Gianina Figueroa, microempresaria de Quilpué, trata de abrirse paso en un mercado objetivo que se ha visto reducido a sólo un 10%: "Con este caso de colusión, las yymes tenemos un mercado cerrado, con pocas oportunidades de crecer", afirma.

Para analistas entendidos en la materia, ni la reforma tributaria ni laboral harán tanto daño al modelo imperante en el país como casos tipo "ConfortGate".

"Socio, pase lo que pase yo sigo aquí, vendiendo mis productos. Las Nova las tengo tres en mil. Las servilletas, tres por 500 pesitos", dice Pablo, mientras los clientes ahora se le acercan por los Scott que, al parecer, no hay en el supermercado. J

"Cartel del confort" desata las críticas de los porteños

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La estantería está casi desierta. Dos personas, luego cinco y más. "Llegar y llevar", parecieran expresar en sus movimientos. Pasan unos minutos y las pocas servilletas y el papel higiénico disponibles de las marcas "no coludidas" se esfuman como agua y sal.

El mensaje es claro: aquí en Valparaíso, como en gran parte de Chile, nadie quiere tener nada que ver con ciertas marcas. Tal como en la mafia, las llaman "Cartel del confort".

En la esquina de Bellavista con Brasil, hay tumulto matutino. Personas van y vienen. En la salida de una conocida cadena de supermercados, Carlos Castro, de Los Placeres, dice no estar ajeno a la polémica: "Es el colmo. Ahora todo es hacer trampa a cualquier nivel. Y el costo por supuesto lo pagamos los clientes".

A su lado, otro peatón, de nombre Juan, sostiene una pesada bolsa de plástico. "Una vez más nos ven cara de qué. Esto de coludirse por tantos años, así como en lo de las farmacias, na' que ver. No creo en esas lágrimas...", afirma.

Se refiere al mea culpa del fin de semana que tuvo el empresario Eliodoro Matte, dueño de la Papelera, en el ojo del huracán. "Esto puede sonar increíble, pero aquí fuimos engañados", se defendió en una entrevista publicada por El Mercurio.

PAPELÓN

Tras el escándalo de colusión de las papeleras CMPC y SCA dado a conocer por la Fiscalía Nacional Económica (FNE), las grandes beneficadas fueron las marcas que quedaron fuera del acuerdo que fijó los precios por cerca de una década: Scott, Acuenta o Kleenex.

Ya en las redes sociales el tema es festín. Y la rúbrica del perro es emblema: Scott se posicionó en Twitter como "Trending Topic". El boicot a la colusión se ha reflejado en las góndolas de los supermercados.

Las implicancias de este bullado caso podrían incluso salpicar por otras partes. Desde el Gobierno se aventuró a un escenario. Téngalo presente: 41 millones de dólares gastó el fisco en papel higiénico desde el 2007 a la fecha. Y si el Gobierno incurrió en tamaños gastos, ¿qué queda para usted, como consumidor de a pie?

"Aquí nosotros, los compradores, salimos perjudicados. Ellos (los empresarios aludidos) seguramente no pagarán cárcel. Esto es un abuso en insumos de primera necesidad", alegó Paula Torres, prevencionista en riesgo, de Las Heras.

ambulantes

En la esquina de Bellavista, un comerciante, entre varios ambulantes, comenta sin anestesia: "Vendo, pero es una sinvergüenzura. Eso pasa en Chile".

Otro ambulante que se identifica como Pablo, de avenida Alemania, dice: "Extraño, pero nos ha bajado la venta. Veremos qué pasa".

De vuelta en la misma avenida Brasil, Ángel, comerciante ambulante del cerro Las Cañas, acota: "Ahora los rollos de papel los tengo en luca. Antes, en 900 gambas. Algo debe quedar, estimado", dice mientras indica en dirección al supermercado, con una advertencia: "Allá los venden casi en dos lucas".

Hasta Benito Baranda, presidente ejecutivo de América Solidaria, sacó la voz a la opinión pública. "Al estimular ese egoísmo y la codicia, como en este caso, se exarceba el egoísmo del ser humano". De hecho, la empresa involucrada, CMPC Tissue, filial del Grupo Matte, decidió suspender tres de sus 23 marcas asociadas a la Teletón.

Una comerciante de la zona saltó a la noticia. Gianina Figueroa, microempresaria de Quilpué, trata de abrirse paso en un mercado objetivo que se ha visto reducido a sólo un 10%: "Con este caso de colusión, las yymes tenemos un mercado cerrado, con pocas oportunidades de crecer", afirma.

Para analistas entendidos en la materia, ni la reforma tributaria ni laboral harán tanto daño al modelo imperante en el país como casos tipo "ConfortGate".

"Socio, pase lo que pase yo sigo aquí, vendiendo mis productos. Las Nova las tengo tres en mil. Las servilletas, tres por 500 pesitos", dice Pablo, mientras los clientes ahora se le acercan por los Scott que, al parecer, no hay en el supermercado. J