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Viña y Valpo lideran ranking de infidelidad

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Como en una iglesia abierta pero plagada de infieles, el "pecado" se comete en septiembre; y en octubre, se pagan las consecuencias. "El arrepentimiento", le llaman.

Esa es la conclusión de Ricardo Viteri, director de SeparadosdeChile.cl, para quien esos meses forman una parte de las "dos temporadas altas", como califica a aquellos episodios de nula fidelidad. La otra, es en el tentador verano.

Luego, entre marzo y abril, azotarán judicialmente los coletazos de tanta "juerga".

Viteri entra al área chica regional. En Viña del Mar y Valparaíso, acota, ocurren más de estos actos lascivos en la época estival por un asunto de que se trata de dos ciudades turísticas. "Allí, durante esas semanas de vacaciones y juerga, la tentación es más grande".

¿Por qué el chileno infiel es curioso? "Yo creo que se tienta y es impulsivo. Tampoco mide las consecuencias, si es casado o tiene pareja estable. Se deja llevar por el placer prohibido.

Otro punto clave para el hombre ancla de SeparadosChile.cl es que la mujer se entrega en cuerpo y alma a su nuevo romeo; en cambio, el hombre es impulsivo, y luego, cuando el hecho romántico va más allá, no suele involucrar sus sentimientos.

Lejos las del área de la salud y comunicaciones y aquellas ligadas a las productoras de eventos".

Si usted está leyendo esto, y es de los que pone cuernos, ponga atención a las evidencias que enfatiza Viteri.

La pareja cambia. La pinta se atenúa con un objetivo: rebajar la edad. Es decir, se ven más lolos o lolas.

Y no es todo: habrá un cambio en su rutina diaria o semanal. Si trabaja, saldrá en horarios sospechosamente más extensos, dirá que tendrá que ver amigos o amigas. También lo peor, ya no querrá intimar con su pareja oficial.

Con respecto a la tecnología, se repetirá mucho whatsappeo, principalmente de noche, llamadas sospechosas que se cierran.

Para Viteri, en la confianza está el peligro. "No digo que hay que vivir desconfiando de la pareja".

Por último, una recomendación: "si lo sorprenden, afronte las consecuencias de su pareja y familia", redondea Viteri. J

"La tecnología ofrece material propicio para detonar una celopatía"

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Enclavada a un costado de la laguna Sausalito, casi escondida detrás de un pasaje, encontramos en las primeras horas de un viernes en su oficina, a una mujer que nos podría dar luces al respecto. Se trata de Luisa Castaldi, jefa de la carrera de Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Su cálido acento tano de la costa sur cercana a Nápoles la delata. Solo un chileno la pudo traer, narra, hace 25 años y por amor, de su querida Italia natal hasta Viña del Mar.

Aquí, frente a ella, caen varias interrogantes. "Mira, hay diferentes tipos de infidelidades. Lo que realmente provoca un impacto en la pareja es la sensación de desconfianza y traición".

Castaldi entrega un dato. Ya en 2013, en su ahora alma mater profesional, confeccionaron un estudio entre diversas parejas jóvenes de la zona: detectaron que el afianzar una relación no tiene un referente tan claro de poder determinar.

"Hablamos de una relación de compromiso monogámico. Si somos pareja, entonces somos exclusivos", balancea la psicóloga, antes de entrar en un tópico que se sindica como gran causante de los desastres amorosos.

Para Castaldi, la tecnología es algo que cambió un poco las reglas del juego, pero no tan determinante. Excepto en un punto: ha aumentado el nivel de celopatía. Al respecto, profundiza que se tiende a fantasear sobre el nivel de infidelidad de la pareja. "El querer saber del otro ahora, y para eso utilizo las redes o tecnología".

A su vez, inquiere Castaldi, la tecnología hace más evidente la fragilidad o quiebra en una relación de pareja. "La perspectiva de la felicidad inmediata en torno al teclado no es conveniente".

Y reitera con mayor énfasis: "Hay mucha fantasía circulando en las redes sociales. Como quien vitrinea, el mercado del consumidor", dice.

Al parecer, el pensamiento frívolo de libre mercado como consumidores de nuevas y virtuales experiencias que se tornan reales, dan como resultado una "falta de romanticismo real, el del ayer", como cuando los contactos eran a la cara.

"Pelear, luchar por lo que quisiste que fuera algo sólido. Llegar a acuerdos y seguir", comenta la psicóloga de la Católica que es fundamental para la consolidación en el tiempo de las parejas.

"Si no hay resultados, no tienen sentido". Lo importante y lo de fondo, de acuerdo a la profesional italiana que se apresta a dar el "ciao": reconocer el contexto en que se ha dado la infidelidad y así superarlo. "Hay parejas que no tienen vuelta y lo mejor es que terminen. Para siempre".

Así, retomamos algunos aspectos de la sociología con el decano Tito Tricot, de la UVM. "La infidelidad no tiene nacionalidad. Constituye un fenómeno humano y, por ende, cultural". Para Tito, tiene que ver con algo estructural, que dice relación con un sistema valórico y normativo dominante.

Hay un punto que tanto Tito como Laura Castaldi subrayan: en las relaciones homosexuales también el tema de la infidelidad es relativamente similar que en las hetero. Eso sí, las mujeres son más decididas a jugársela por un amante. J