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Estaba lista para operarse de un cáncer, pero se quedó sin pabellón

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Aracely Basualto Díaz de 42 años y madre de dos pequeñas no lo está pasando bien. En marzo de este año le detectaron un cáncer de mama en su seno derecho. Desde el mismo instante que se detectó el cáncer el equipo médico que la trata comenzó gestionar la operación para extraer el tumor.

Desde el momento de la detección de la enfermedad hasta su primera operación, pasaron dos meses, ya que finalmente en julio fue operada por primera vez en el hospital Carlos van Buren de Valparaíso debido a que tiene previsión Fonasa.

"Los tiempos se encontraban dentro de lo que estipulan los protocolos del hospital, Auge y Fonasa, pero creo que en algo como el cáncer no se puede dejar pasar mucho tiempo", señaló Aracely Basualto al diario La Estrella.

Luego de la primera operación vino otra en el mes de septiembre después de la cual se decidió hacer una mastectomia, es decir sacar el seno debido a que el tumor se seguía ramificando.

"Se supone que los pabellones del hospital Van Buren son facilitados los jueves para este tipo de operaciones. Uno se tiene que internar el día miércoles para someterse a la operación y con este que pasó, el cual yo ya estaba en el hospital con mi maleta para internarme me devolvieron para mi casa. Desde septiembre ya llevo tres veces que me devuelven para mi casa porque algo falla", señaló Aracely.

Agregó que "la primera respuesta fue que no había anestesista, la segunda fue que no había pabellón y ahora que estaba todo dado el pabellón fue ocupado por otro paciente de neurocirujano".

En busca de una explicación Aracely decidió hablar con la dirección del hospital Carlos van Buren, sin embargo, no obtuvo mayor respuesta.

"Si yo sigo esperando por la operación corro el riesgo que el cáncer se me vaya a los pulmones a los huesos o al útero y sería casi incontrolable porque se generaría una metástasis", señaló la mujer de 42 años que se dedica a la venta de mueble en forma particular.

"Es un proceso difícil el que estoy viviendo porque todos los días pienso que no se me vaya el cáncer a otra parte. Cualquier dolor es señal de alerta. Yo no vivo tranquila", dijo la afectada quien debido al retraso de su operación ha visto mermado el comienzo de su tratamiento de quimioterapia y radioterapia, etapa decisiva para erradicar en forma definitiva su cáncer. J