Expulsados, peleas y homenajes a medias tuvo el último clásico
"Nos comimos la mierda al inicio del campeonato, cuando no podíamos ganar, y lo sufrimos. Ahora estamos trabajando todos, rompiéndonos el culo en la semana para ganarnos un puesto en el equipo, y creo que se ha notado en la cancha durante los partidos".
Con esas palabras de desahogo se descargó tras el clásico del sábado el delantero canario, Carlos Escobar. Y derecho tenía el ariete a expresarse de esa manera, pues fue quien clavó la primera puñalada al archirrival (39') y encaminó a San Luis al 2-0 que logró en el reducto del clásico adversario. Y es que tuvieron todo en contra los quillotanos como destacó el técnico Miguel Ramírez. Debieron ir al "Nicolás Chahuán" y enfrentar el esperado duelo provincial sin la presencia de su hinchada.
Estaba prohibido el ingreso de una barra visitante en el recinto calerano, aunque pese al supuesto plan de contingencia que tenía Carabineros, un reducido de fanáticos sanluisinos irrumpió en el estadio. Eso, mientras se realizaba un homenaje al estadio que pronto será reconstruido y que se despedía, emitiendo por los altoparlantes relatos de goles caleranos y nombrando a ídolos de todos los tiempos del club, aunque omitiendo a propósito al recientemente despedido Ariel Pereyra.
Lo peor vino mientras se desarrollaba el primer tiempo. En la tribuna preferencial habían quillotanos, una barra vip de accionistas y ex dirigentes, quienes al fragor de las pasiones terminaron a los insultos, golpes y escupitajos con los seguidores locales, en las barbas mismas de autoridades como el presidente de la ANFP, Sergio Jadue. Carabineros sacó a otro par de hinchas, aunque eso provocó una batalla campal con barristas caleranos cerca de uno de los accesos. En la cancha en tanto, también hubo diferencias, pero en favor de los sanluisinos, quienes mostraron más argumentos que sus vecinos para salir de los últimos lugares de la tabla. J