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Restorán Sazón Nazca

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Si quiere disfrutar de una rica y bien preparada cocina peruana le recomiendo el restorán Sazón Nazca, ubicado en calle Edwards, casi al frente a la plaza Victoria. Su fachada da buena impresión, simple y elegante. Al ingresar se ve un lugar ordenado, limpio y con lo justo en decoración. En el medio del local, pegado a un pilar hay una vitrina giratoria donde exhiben los postres, que se ven tentadores.

Al ingresar no fuimos atendidos inmediatamente, el garzón demoró su tiempo en llegar a la mesa y traernos la carta. En ella una gran variedad de preparaciones que en realidad se nos hizo difícil pedir, ya que todo se veía atractivo. Finalmente pedimos una trilogía de ceviches y un lomo saltado (preparado con filete, indicado).

Mientras esperábamos nos trajeron un rico pan hecho en casa y una variedad de dos salsas caseras, de rocoto y orégano que reemplazaban a la mantequilla. Estaban muy buenas.

El ceviche preparado con tres macerados diferentes y de colores distintos, rojo, verde y amarillo, muy bien presentado en el plato, separado cada uno en su espacio y con sus decoraciones; uno con choclo cancha, otro con brotes de alfalfa y el otro con cebolla morada en juliana.

El lomo saltado de presentación pulcra y ordenado en el plato, acompañado de papas fritas crujientes y bien hechas, y arroz blanco. El lomo cortado de cortes regulares, trozos de cebolla morada, perejil espolvoreado y la salsa propia del salteado, de textura impecable y el tradicional sabor que lo diferencia de otras preparaciones.

Son platos bastante abundantes que están acorde con su valor y calidad. Los garzones cada uno con su uniforme impecable, aunque algo descuidados al momento de retirar los platos, considerando que el almuerzo debe ser rápido, ya que es en horario de oficina.

Finalmente probé el suspiro limeño que la verdad esperé mucho más de él, pensando que iba a ser diferente al de otros restaurantes que no son de la especialidad.

En general fue una buena experiencia y lo recomiendo para comer rico y a

la segura.

Jazzistas porteños pierden a su gran mentor

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Jorge González Mancilla. Seguramente muchos dirán sin pensar ese nombre al explicar porqué hoy son jazzistas o porqué les gusta tanto ese estilo musical. Dirán que gracias a su programa aprendieron de música y que hasta grababan el espacio porque sabían que en ningún otro lugar escucharían a algunos artistas que ahí difundían.

Jorge González Mancilla, profesor normalista y ex director de la Radio Valentín Letelier de la Universidad de Valparaíso, falleció el pasado lunes en su casa de Quilpué a los 75 años dejando su marca en varias generaciones de melómanos y músicos.

Su ex compañero, Luis Chandía (otro histórico de la Valentín Letelier) lo recuerda así: "Fue el hombre que llevó la batuta del jazz acá en Valparaíso, muchas generaciones de músicos actuales recibieron la formación de él. Jorge era una persona muy dadivosa en ese aspecto".

En su juventud fue contrabajista de un grupo en Quilpué, pero en vez de ser un intérprete, prefirió la difusión y la radiofonía, su pasión. "Jorge era como la enciclopedia del jazz acá en la zona y todos recurrían a él. Un montón de gente estuvo en su casa adquiriendo sus conocimientos. Grandes sesiones musicales se hacían en su casa", recuerda Chandía.

González Mancilla llegó a la radio Valentín Letelier en 1982 y durante la segunda mitad de esa década y parte de los '90, fue su director. "Fue uno de los que evitó que la radio pasara a manos privadas. Él luchó para que la Universidad mantuviera su radio y lo logró", destacó Luis Chandía. En 1990 creó su programa "Jazz 97.3" el que se mantiene hasta hoy y fue director del Festival Internacional de Jazz de Valparaíso.

pérdida nacional

Según el periodista de la Radio Valentín Letelier, René Cevasco, la partida de Jorge González no es sólo una pérdida para la radiofonía y el jazz local, sino que para todo el país. "Es indiscutible su importancia como difusor de la música jazz no sólo en nuestra región, hay que tenerlo en cuenta a nivel nacional por la constancia de su su programa desde 1990, donde abarcaba desde los primeros registros del jazz en 1917 hasta los elementos más modernos".

Cevasco advirtió que que González influyó fuertemente en una actual generación de jazzistas de la región como Gonzalo Palma y Sebastián Jordán. "Gente que empezó a escuchar el programa y se interesó en el jazz, venían a la radio y conversaban con él e intercambiaban discos. Cuando jubiló dejó un vacío súper grande. El 2009 me tuve que hacer cargo del programa del jazz y sentí que el poncho me qudaba grande".

Jorge González Mancilla estaba casado y tuvo tres hijos. Sus funerales se realizaron ayer en Quilpué. J