Siete puntos distintos de ataques terroristas se produjeron ayer en la capital francesa. Los que dejaron cientos de muertos y otros cientos de víctimas heridas, en lo que sería uno de los días más negros y violentos en la historia de Francia.

De inmediato, el terror se apoderó del país europeo, y su presidente Francois Hollande decretó estado de emergencia y cerró todas sus fronteras. Sacado a las calles parisinas un gran despliegue con 1.500 militares movilizados.

Al mismo tiempo que hizo un llamado a la calma a los habitantes de la nación gala. "Tengamos sangre fría ante el terror", señaló Hollande.

Las autoridades francesas además, aseguraron que se trataría de ataques multiterroristas protagonizado por el Estado Islámico.

Uno de los puntos más críticos se vivió al interior del Teatro Bataclan, donde se realizaría un concierto de metal. Y al menos tres atacantes armados con explosivos tomaron de rehenes a cientos de asistentes, y asesinaron a al menos cien personas. Número de víctimas que podría haber aumentado sin la intervención de los servicios de seguridad que lograron reducir a los terroristas y rescatar a la gente. J