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Al fin la música chilena se tomará la Quinta Vergara

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Por primera vez, el próximo 10 de enero del 2016, se realizará en la Quinta Vergara de Viña del Mar el Festival Vive Chile.

Según los organizadores y participantes, la idea es reivindicar la música popular de grupos y solistas nacionales.

En este festival, que cuenta con el auspicio de La Estrella, participarán los grupos Viking 5, Los Chancho en Piedra, Sol y Lluvia, Gondwana y el solista Nano Stern.

Cada grupo o artista tendrá 1 hora y 10 minutos de actuación. Además, en el inicio también el público podrá conocer algo más de figuras nuevas, tales como Alvaro Berríos y Beatriz Pineda.

En la animación del espectáculo estarán Charlie Dance y Thelmo Aguilar.

MÚSICA CHILENA

Harley Labra Bassa, productor del evento, destacó que a través de Vive Chile se busca también recuperar el emblemático escenario de la Quinta Vergara para los creadores chilenos.

"Este concepto se inició en Estocolmo, Suecia, donde los chilenos en el extranjero disfrutaron de grupos y solistas nacionales en un solo evento", dijo Labra

A la vez, explicó que "nos dimos cuenta que aquí en nuestro país no hay una festival de música chilena, por lo cual pretendemos recuperar para esto el emblemático escenario de la Quinta Vergara".

Explicó también que "no costó mucho ponernos de acuerdo con los integrantes de los grupos participantes, porque a ellos también les interesó recuperar la Quinta Vergara para mostrar la música chilena. Además, funcionamos como una cooperativa de artistas donde todos son partícipes de la actividad en sus distintas instancias".

NANO STERN

El cantautor fue más crítico con respecto al uso que se le da a la Quinta Vergara, especialmente durante el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar.

"El Festival de Viña no muestra realmente a la música ni a los artistas chilenos en el escenario de la Quinta Vergara, por eso esta es una gran oportunidad para aprovechar este importante recinto para lo nuestro y que en otras ocasiones no se valora".

En tanto Amaro Labra, del grupo Sol y Lluvia, también destacó la importancia de este evento. "Para nosotros es muy gratificante que este evento que se inició en Estocolmo, Suecia, también se realice en nuestro país y, en especial, en la Quinta Vergara".

En tanto, Pablo Ilabaca, del grupo Chancho en Piedra, indicó que "queremos aprovechar el escenario de la Quinta Vergara para la música chilena y ponerla en un primer nivel". J

La luna y las hogueras

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La Luna y las hogueras fue la última novela de Cesare Pavese, escrita un año antes de que el escritor italiano se suicidara. A la luz de dicho dato, uno tiende a pensar que parte de las dificultades que en aquella época envolvían a Pavese se traspasó a este libro cargado de decepción y desesperanza. Una novela, a fin de cuentas, es una respuesta razonada a las propias emociones y La luna y las hogueras muy bien podría servir de telón o música de fondo para un autor enfrentado en aquella época a sus días más difíciles.

Veamos la historia: después de haber hecho fortuna en América, un hombre regresa a la región del Piamonte, al pueblo de su infancia. Ansioso de un postergado reencuentro busca referencias, rostros familiares, pero casi todos los que conoció de joven han muerto o se han ido. Sin embargo, los que quedan parecen replicar las mismas angustias y desdichas que antes ya sucedieron, como si el tiempo engañosamente no hubiera trascurrido, o estuviera dando vueltas en círculos:

"Algo en lo que no dejo de pensar es en la cantidad de gente que debe vivir en este valle y en el mundo a la que precisamente ahora le está sucediendo lo mismo que a nosotros entonces y no piensan en ello. A lo mejor hay una casa, unas chicas, unos viejos, una niña y en verano trillan el trigo, vendimian, van en invierno de caza y viven igual que nosotros. Y así debe ser por fuerza. Los chicos, las mujeres, el mundo no han cambiado en absoluto. Ya nadie usa sombrillas, el domingo se va al cine en vez de a la fiesta, se lleva el trigo al posito, las chicas fuman, y sin embargo, la vida es la misma y no saben que un día ellos mirarán a su alrededor y comprobarán que todo lo que fue suyo también ha desaparecido."

Pavese intenta rescatar del olvido un mundo de por si perdido en la lejanía y en la desazón, un mundo de campesinos embrutecidos y azotados por la adversidad, pero también de ricos terratenientes asfixiados por las dificultades familiares, de mujeres que ansiosas por casarse con un príncipe (el síndrome de Madame Bovary podríamos llamarle), que pierden primero la dignidad y luego, la propia vida.

"Hay gente mala en Canelli. Si pudieran, me quemarían viva" dice uno de los personajes hacia el final del libro, una joven que profetiza su propia muerte, símbolo del final del universo entero, donde el destino común de todas las cosas parece ser acabar en una hoguera, espejo oscuro en que el propio Pavese -en aquellos días terribles de 1950- miraba su rostro, antes del fin.