Triste y vergonzoso final de campeonato en Valparaíso
Era el final del campeonato en Chile, se jugaban los últimos dos partidos y Colo Colo podía celebrar un nuevo título en Valparaíso, visitando a Wanderers. Por lógica, sus hinchas de la Garra Blanca se instalarían desde temprano en Playa Ancha y, por tanto, no había que ser muy pitoniso para intuir lo que previo al compromiso ocurrió, con incidentes gravísimos y que empañan aún más al enrarecido fútbol chileno.
Ya en las afueras del estadio -y en los caminos de acceso al Elías Figueroa- las señales no eran buena. Vidrios rotos por todos lados, piedras en los caminos e hinchas colocolinos caminando -con cervezas de litro en mano- amenazando a quien los mire mal. Por el bando local, Los Panzers también preparaban su artillería, en caso de ser provocados. Y bastó que los equipos saltaran al campo de juego, para que... inexplicablemente, comenzase el caos.
Desde la galería sur, los hinchas de Colo Colo lanzaron cuanto fuego artificial trajeron, todo acompañado por un humo blanco que impedía la visión. Tras ellos, una quincena de hinchas saltó a la cancha y luego fueron 20, 50 y 100. Los jugadores albos trataron de calmarlos, pero ya desde la barra local iniciaban la contracarga, mientras que en el sector de Andes, todos corrían y se refugiaban en la parte alta de las tribunas. Y de ahí, el saqueo y una batalla campal -entre ambas barras- que se prolongó por cerca de 25 minutos.
Mientras la mayoría de los "garreros" se enfrentaba a golpes con sus pares caturros, otros rompieron y saquearon con todo lo que tenían por delante. Millonarios lentes y cámaras fotográficas fueron robados, mientras que las cámaras del CDF también sufrieron golpes y daños. El banderín del córner fue un arma más y hasta las redes del arco y la publicidad estática sufrió con el accionar de los accidentes.
Los guardias de seguridad (los de chaqueta amarilla) no podían hacer nada y Carabineros... brilló por su ausencia. Un puñado de ocho efectivos de fuerzas especiales entró a tribuna andes y sólo 20 minutos de iniciados los disturbios, entró otro grupo de efectivos policiales al campo de juego y los hinchas se replegaron.
Tras el bochorno en cancha, el "papelón" de las autoridades... todos lavándose las manos y culpando al otro: mal. J