La triste y enajenada vida del conscripto que llamó al Rumpy
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Eduardo Carreño, dueño de la propiedad donde fue capturado "Willy", como le decían a Guillermo Reyes, contó que hace un año recibió al hombre por intermedio de una amiga. "Él se dedicaba a cuidar autos y a veces le iba bien y otras más o menos. Ahora último estaba boleteando y tenía algo más estable. Siempre conversábamos bastante, pero ya parecía disco rayado, pues repetía harto las mismas cosas", comentó de entrada Carreño, quien sorprendentemente fue torturado durante el régimen militar, pues perteneció al PC y MIR, y ahora es dirigente local de la Agrupación de Derechos Humanos en Santa Inés.
Dieciocho muertos
La detención del hombre de 62 años, fue el resultado de una diligencia ordenada por el ministro especial para causas de derecho humanos, Mario Carroza, quien emitió una orden para investigar la declaración del ex militar, quien confesó en la radio, haber fusilado y dinamitado a 18 prisioneros, tras el golpe de Estado de 1973.
Según le contó al Rumpy, Willy vivía en Iquique, pero fue trasladado a Santiago para el Golpe Militar. "Conocí la extrema violencia. Caché lo malo que puede ser uno. Antes éramos hippies, amor y paz, y ahí había que salvarse como sea (...) Estabas obligado, o te mataban los milicos o te mataban ellos. Uno actuaba por maldad y después cachabas que te gustaba y te volvías loco. Luchabas contra ese sentimiento", aseguró el ex conscripto, quien agregó que "cuando eres pelado no tienes derecho a preguntar".
Pero eso no fue todo, pues en el programa, él agregó que: "Participaba de una misión especial y llevábamos varios de estos tipos a la pampa y les pegábamos un tiro en la cabeza. Los dinamitábamos. No están. Están desintegrados. No quedaba nada", sostuvo crudamente el ahora detenido en Santiago.
SU vida actual
En una pieza que compartía con otro hombre, "Willy" era escasamente visitado por una hija (la misma que le llevó una mochila con ropa a Santiago), comía algunas cosas que traía del supermercado donde se ponía a cuidar autos y era un ferviente auditor del programa del Rumpy.
"Fui de la JJ.CC. luego del MIR y hasta Lucho Guastavino estuvo acá en mi casa escondido. Yo luché hasta 1977 en contra de los militares. Yo vivo de una pensión, pues pertenezco a la lista Valech y yo esa información que tienen ustedes, la tenía hace tiempo. Últimamente al Willy le dio por hablar, le gustaba el Rumpy y se atrevió a llamar. Yo no sé si fue bueno o malo que llamara, ahora lo sabremos, pues debe haber tanto "pelado" igual que él. A mi me interesa que lo ayuden medicamente", cuenta Eduardo.
-Sí, pero despertaba harto, me despertaba con sus gritos quejándose y de repente lo veía agachado como arrancando o escondiéndose.
Carreño, quien detalló que cuando llegó la PDI, Willy no sabía que estaba pasando y pensaba que eran unos amigos, reflexionó diciendo que "aunque fuese un poco facho o cualquiera, yo lo recibo porque estaba mal, enfermo. A esta gente como él (Willy) le tocó pasar por esta experiencia, es una lástima", finalizó el dueño de casa. J