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Por un verano seguro

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Con el objetivo de que los turistas, tanto extranjeros como chilenos, no tengan sobresaltos en sus vavaciones, el municipio de Viña del Mar dio por inaugurado la semana pasada el programa "Verano Seguro".

En este contexto, se desarrollarán labores de patrullaje en bicicletas, atención en los módulos de información turística y radio operadores, cumpliendo funciones desde Caleta Abarca hasta Cochoa. Esto se suma a los patrullajes habituales de móviles de la unidad municipal en toda la comuna.

Para reforzar la seguridad, este verano se incorporó además una cámara de televigilancia permanente en los alrededores del Monumento El Pensador, ubicado en Parque Borde Costero, la que se suma a los 129 aparatos distribuidos en toda la comuna.

Este programa se inició el 2002 y entre su principales actividades destacan los patrullajes preventivos, así como apoyar campañas preventivas en el borde costero, apoyo ciudadano en los módulos (como niños extraviados, denuncias de robos y hurtos), auxilio a personas accidentadas, además de atención y entrega de informaciones varias a turistas.

¿Y qué sucede con los daños ocurridos en el borde costero?

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En Viña del Mar el sol veraniego ya llegó, y tras él, miles de turistas que comienzan a colorear con sus trajes de baño, bikinis y quitasoles las playas de la ciudad. La mayoría de los asiduos visitantes de la Ciudad Jardín temieron no poder disfrutar las aguas de la zona tras los daños sufridos en el borde costero a raíz de las violentas marejadas de agosto pasado. Sin embargo, los meses pasaron y los balnearios han retomado paulatinamente su habitual cara.

Con catorce playas a lo largo de toda la comuna, en Viña del Mar el panorama después de la furia del oleaje era desalentador. Sin embargo, a fines del mismo mes se iniciaron las labores de recuperación del borde costero, lo que implica que hoy prácticamente la totalidad de las playas estén habilitadas. Hoy, sólo Cochoa no está en condiciones de recibir visitantes, debido a la desaparición total de su arena tras las marejadas. Su habilitación "dependerá de lo que decida la autoridad marítima", señala el director de Operaciones y Servicios de la Municipalidad de Viña del Mar, Patricio Moya.

Comentó, además, que el 15 de diciembre (cuando se dio comienzo a la temporada de playas), se anunció el término de las labores de recuperación, "cumpliendo el compromiso que teníamos de tener todo habilitado y en buenas condiciones de seguridad, en conjunto con la autoridad marítima. En cuatrom meses y medio tuvimos un trabajo intenso para que todo estuviera listo".

Entre las obras de reconstrucción estuvieron las realizadas en Playa El Sol, una de las áreas más afectadas. En este lugar, el oleaje hizo desaparecer prácticamente todo el paseo costero.

Otro sector que también tuvo que ser intervenido es el parque del borde costero (Playa Blanca y Los Marineros), donde se recuperaron las estructuras de madera y mobiliario urbano. También se construyeron accesos a las playas mediante escalas y rampas; y se habilitaron los circuitos peatonales y deportivos.

En tanto en Playa Acapulco el restaurante fue reconstruido y se encuentra operativo. Por otra parte, en Caleta Abarca se retiraron los escombros y estructuras metálicas submarinas bajo la supervisión de autoridad marítima.

Falta de arena

Una especial preocupación generó además la falta de arena. Al respecto Patricio Moya indica que se ha hecho un trabajo inmenso para habilitar las playas, y si bien hay falta de arena principalmente en el ancho, que redujo la capacidad de las playas, están condiciones para recibir a los visitantes. "De todas maneras el municipio aportará 20 mil metros cúbicos (2000 camionadas) cubos de arena provenientes de excavaciones, arenas que han sido previamente analizada para esta acción" Para evitar que en el futuro se vuelvan a producir efectos tan desastrosos, Moya indica que se está trabajando con la Dirección de Obras Portuarias del Ministerio de Obras Públicas, la evaluación de construcción de una defensa que permita habilitación de equipamiento definitivo y de manera más segura en el borde costero.

Los estragos producidos por las intensas marejadas del 8 de agosto obligaron a iniciar un Plan Integral de recuperación del borde costero, como medida de emergencia, que implicaba una inversión municipal de 400 millones de pesos. La primera etapa consistió en demoler las estructuras dañadas y riesgosas, como masas de hormigón, paseos fracturados, terrazas y pérgolas destruidas, escalas, etapa que se extendió hasta fines de octubre, reiniciándose a continuación el proceso de reconstrucción y mejoras.J