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Familias disfrutaron de la Calle de los Niños en Valpo

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Como ya es de costumbre, la avenida Pedro Montt, entre el Parque Italia y la plaza Victoria, fue cerrada para que tanto las familias de Valparaíso como las del interior, pudieran disfrutar de la tradicional Calle de los Niños. De esta manera, cientos de pequeños pasaron la tarde estrenando sus juguetes nuevos, los cuales principalmente consistían en patines, scooters y autos que funcionaban a motor.

"Vinimos a probar los patines nuevos porque ella está en una academia de patinaje. Antes tenía unos de tres ruedas y ahora le pidió al Viejito que le trajera de línea porque todos sus compañeros tenían de esos", dijo Lilian, mamá de Isidora Villar.

Los Maganzi, que bajaron al plan desde la población Joaquín Edwards Bello, andaban en patota jugando con los patines y acompañando al pequeño Steven, que un poco tímido estaba aprendiendo a conducir su autito a motor. "Vinimos a disfrutar un rato con la familia y para que los más chicos jugaran con sus juguetes nuevos. Hace un poco de calor, pero hay que aprovechar que la calle está cerrada especialmente para esto", dijo Jaime Maganzi.

Juegos inflables

Los juegos inflables y las camas elásticas, que fueron arrendados por el municipio porteño para este 25 de diciembre, fueron la sensación de los menores ya que incluso se repetían las filas para poder saltar en ellos. Sin embargo, el que más demanda tenía era uno que simulaba ser un trolebús y en el que los niños podían estar en su interior cinco minutos.

"Nos instalamos al mediodía y desde entonces ha habido filas toda la tarde. A la gente le gusta porque lo encuentra llamativo y los niños le piden a sus papás que los acompañen", explicó José, el encargado del juego.

En el lugar también se instalaron dos escenarios, uno en cada extremo y en el que se realizaban distintos concursos. En el que estaba situado cerca de la plaza Victoria los niños debían someterse a pruebas, mientras que en el que estaba cerca al Parque Italia, se hacían concursos de imitación. Eso sí, los que más aprovechaban esta oportunidad eran los adultos que, usando diversos trajes estrafalarios, se prestaban para la risa del público. El concurso que sacó más aplausos fue el "Haciendo el ridículo gratis", en el que caballeros y señoras tenían que imitar a cantantes de cumbia y la Nueva Ola.

Y si ellos estaban contentos, los más alegres eran los comerciantes que, vendiendo helados, algodones y cabritas, obtuvieron buenas ganancias.

Por todo lo anterior, la única crítica que se escuchó fue la ausencia de los vehículos policiales y de Bomberos. "Antes, los Bomberos y Carabineros traían sus carros, motos y vehículos para que los niños se pudieran subir y conocer cómo eran. Ahora no sé por qué ya no se hace, pero era entretenido y educativo. Ojalá el otro año lo hagan porque siempre venimos", declaró la señora Gabriela Torres. J