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El policlínico de los libros

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El apocalipsis, desde sus vertientes zombis hasta la destrucción total del planeta, constituye, hace ya bastante, un lugar común de la ciencia-ficción. Como temática recurrente, más allá de asegurar el éxito relativo de su utilización, imprime la necesidad de una renovación constante, a partir de historias originales o que de alguna forma sobrepasen la monotonía de lo «ya leído». Por supuesto, aún es posible utilizar los recursos clásicos del género, escribir ciencia-ficción «dura», pero cuando es claro el intento por explorar los límites de sus reglas internas, el escenario, plagado de dichas tentativas, tiende a complejizarse. "La tienda de regalos", de Andrés Olave (1977) opta por una estrategia apocalíptica que se aleja del canon de la destrucción masiva, y construye una narración cotidiana, híbrida entre la ciencia ficción y la novela negra, más cercana a "El hombre en el castillo" de Philip K. Dick que a "La guerra de los mundos" de H. G. Wells.

La novela narra el ascenso de Enki, señor de la tierra y del pueblo Anunnaki, a partir de un mito sumerio y babilónico que, a grandes rasgos, sugiere que los humanos fueron creados por Enki para que, al alcanzar el nivel de evolución necesaria, se transformen en esclavos de la producción terrestre. Si la constante de las invasiones alienígenas proviene del espacio o de otras galaxias o planetas, el ascenso de Enki sugiere que el planeta jamás le ha pertenecido a los hombres. La humanidad es «el otro». Más aún, "La tienda de regalos" se articula en torno a la imposibilidad de escapar del desastre, de un hado escrito hace milenios para someter a una raza inferior creada como mano de obra gratuita.

La destreza que se percibe en la escritura de Andrés Olave, en todo caso, no tiene sólo que ver con la fabulación de una historia que bien podría ser leída como una alegoría nacional, sino que, a partir de una narrativa sencilla y concreta, logra focalizar en un Valparaíso decadente las historias particulares de una serie de personajes límite, cuya participación en la cosecha de la humanidad forma parte del día a día de un mundo que ya se ha extinguido hace rato.

No hay que dejarse engañar, en todo caso, con el aspecto trágico de su trama. "La tienda de regalos" es una novela plagada de humor negro y experiencias ridículas, donde la comicidad va de la mano con la destrucción, la decadencia y el desamparo, y sobre todo con el carácter habitual de un pueblo que está, desde siempre, sometido a la voluntad de los dueños del planeta.

Parque Cultural se lanza al cuidado de Valparaíso

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El Parque Cultural de Valparaíso a través de su Director, Jorge Coulon, acaba de lanzar la campaña para cuidar la ciudad en estos últimos días del año, justamente cuando se celebran las festividades de año nuevo que atrae una gran cantidad de turistas nacionales e internacionales.

"Para nosotros es muy importante lanzar esta campaña pues hace años la ciudad queda muy maltrecha durante las festividades de fin de año, ocurre con otros episodios durante el año también, pero es nuestro deber como porteños cuidar nuestra ciudad, por eso invitamos a toda la comunidad que nos va a visitar que la cuide y la respete" señaló Jorge Coulon, director del Parque Cultural de Valparaíso.

En este sentido, la campaña tiene por objetivo concientizar a todos los visitantes a que cuiden la ciudad, a que la respeten, que ocupen los papeleros, a que ocupen los baños públicos y que, por sobre todo, que no vean a Valparaíso como un patio trasero, de fiesta o de juerga desmedida, o un baño público generalizado.

En virtud de esto, el Parque Cultural de Valparaíso quiere poner especial énfasis en este llamado, en invitar a las personas a visitar la ciudad para fin de año y durante todo el año, pero que la cuiden, la respeten, porque no puede ser que Valparaíso quede destruido prácticamente en cada evento masivo que hay como lo que viene ahora el 31 de diciembre.

Esperamos que esta campaña se pueda viralizar por todos los conductos que existan, por las redes sociales, por los medios de comunicación y por mail a todas aquellas personas interesadas en cuidar nuestra ciudad.

Así mismo, el equipo del Parque ha distribuido afiches impresos en los recorridos de micros locales que tienen como destino el recinto y a muchas vecinas y comercio local que ha recibido de forma positiva esta campaña poniendo en afiche en sus propiedades.J