Miles de personas gritan alborozadas en medio de las detonaciones en el cielo de fuegos artificiales. El bullicio es el escenario ideal para un grupo de hombres que a la misma hora, trabaja afanosamente para abrir la bóveda de un banco. Y sí, como la leyenda al final del arcoíris hallaron su olla con monedas de oro, en este caso, más de 200 millones de pesos.
Planificado como los robos de las películas de Hollywood fue el golpe que una banda de profesionales asestó en la sucursal de BancoEstado, ubicada en calle Condell 252. A un costado del edificio hay una iglesia abandonada en reparaciones. Cortaron el candado de acceso y una vez adentro colocaron otro en su lugar para evitar sospechas. A través del segundo piso subieron al techo del banco. Iban bien preparados con herramientas como napoleones, alicates, diablos, sierra, chuzo, una máquina cortadora industrial y oxicorte. No les fue difícil romper una protección metálica de los ductos de ventilación. Hicieron un forado y llegaron al entretecho , donde una escalera plegable les permitió entrar a las dependencias. Una vez adentro se fueron derechito hasta la bóveda ubicada en la planta baja. Son tres varones vestidos con overoles negros y encapuchados. Con guantes para no dejar huellas. Con total facilidad rompen la puerta de madera del acceso a la bóveda. Un poco más de trabajo resulta abrir la caja fuerte de casi 1.80 de altura. Para eso esta el oxicorte, y manos a la obra comienzan la tarea y consiguen el objetivo. El recinto guardaba una suma cercana a los 500 millones de pesos en dinero en efectivo y documentos. "Un manjarrrr", pensaría uno de los delincuentes. Portaban dos bolsos deportivos de gran tamaño. En ellos depositaron los fajos de billetes de $10 mil y $20 mil. Son pesados, entre 40 y 50 kilos cada uno.
El más liviano, que de acuerdo a los arqueos preliminares tenía unos 212 millones de pesos, es alzado a duras penas por los hampones por el mismo lugar donde ingresaron.
bolso con 227 palos
El segundo bolso, con 227 millones, no alcanza a salir de la sucursal. La activación de la alarma, ya después de la 01.00 de la madrugada, los lleva a salir raudamente, pero lo dejaron ubicado estratégicamente en el entretecho, con clara intención de regresar por este. No pudieron, ya que personal del Labocar pudo recuperarlo y devolverlo al banco. Además periciaron las herramientas que dejaron abandonadas los ladrones. En su mayoría eran nuevas, deben haber invertido más de un millón de pesos para el delito. No fue posible levantar huellas de los antisociales. El OS-9 de Valparaíso revisa las grabaciones y empadronó testigos, incluso fueron hasta el cementerio N°1 para ver si se descolgaron por el cerro. Se habla de que los individuos contaron con información privilegiada de la situación de la sucursal. Lo cierto es que por ahora no hay pistas concretas de su paradero.J