El talón de Aquiles del arquitecto del momento está en Playa Ancha
Sólo elogios recibe por estos días Alejandro Aravena, el reciente ganador del Premio Pritzker, el Nobel de arquitectura, pero no siempre sus proyectos fueron exitosos.
Mirian Mondaca. - La Estrella de Valparaiso
El viento se deja sentir con fuerza en el primer sector de Playa Ancha, mientras dos poleras tendidas en la ventana de una de las viviendas sociales del Condominio Los Acacios, vuelan un par de metros y terminan llenas de polvo, víctimas del duro clima de este lugar del Puerto. La vista del mar es privilegiada, cualquiera quisiera tenerla cada mañana al despertar, pero el azote de las enérgicas ventoleras es un factor a considerar.
Con el caluroso verano a cuestas, los vecinos del Conjunto Habitacional Elemental hasta agradecen el fresco respiro, aunque todavía recuerdan con impotencia la pesadilla que vivieron durante el invierno del 2010, cuando los temporales dejaron graves daños estructurales en sus casas. En total, fueron 150 viviendas que sufrieron anegamientos y voladura de techumbres a causa de las ráfagas de viento que alcanzaron los 120 kilómetros por hora.
menos en Valpo
Elemental, el estudio dirigido por Alejandro Aravena -primer chileno y cuarto latinoamericano en quedarse con el prestigioso premio Pritzker, entregado por la Fundación Hyatt de Estados Unidos y que es considerado el Nobel de arquitectura- tiene como principal preocupación trabajar en proyectos con impacto social. A partir de esto, el premiado arquitecto junto a los cofundadores de Elemental, se enfocaron en redefinir la calidad de las viviendas sociales.
Desde su nacimiento en el 2001, el estudio de Aravena ha construido con éxito en Estados Unidos, México, China, Suiza y Chile, alcanzando también la interesante cifra de más de 2500 viviendas sociales. En el caso de nuestro país, el primer proyecto se hizo en Iquique (93 casas de Quinta Monroy el 2003), y el impacto social fue tal, que luego el sello Elemental se esparció por Santiago, Antofagasta, Temuco, Valdivia y Valparaíso. Sólo que en el Puerto, el resultado no fue el mejor.
Maritza Espinoza, presidenta de la Junta de Vecinos de la Población Elemental de Playa Ancha, tiene fresco en su memoria el recuerdo del momento en que llegaron al conjunto habitacional, en septiembre de 2009. Para la dirigenta -que hasta ese momento vivía en la toma Vista al Mar- como para el resto de las familias, trasladarse al primer sector y tener su casa propia fue un cambio rotundo. "Estábamos acostumbrados a vivir en la tierra, con poco espacio, pero llegar acá fue una alegría tremenda. Los espacios eran más grandes y nos sentimos cómodos", cuenta Maritza.
Sin embargo, la sonrisa de los rostros de estos porteños se borró de sopetón en menos de nueve meses. Como un mal regalo para el Bicentenario, los dúplex que esperaron por casi siete años y que costaron alrededor de 600 UF (20 salieron del bolsillo de los vecinos), colapsaron con los violentos temporales del 2010. La misma historia se repitió al año siguiente. Para entonces los pobladores ya estaban decepcionados y el sueño de vivir por fin en un hogar seco se había ido directo al tacho de la basura. Maritza asegura que emocionalmente también les afectó mucho y que la situación era insostenible, pues "ya estabamos más que frustrados, fue una ilusión (tener la casa propia) que nos duró poco".
¿y los responsables?
A más de cuatro años de aquel mal momento y con los problemas en sus viviendas solucionados tras una inversión de 480 millones de pesos a través del Serviu, la dirigenta vecinal ha pensado bastante sobre el por qué de los complicados inviernos que tuvieron que pasar. La conclusión que hace sobre el rol de Elemental es tajante: "con respecto los espacios en las viviendas sociales, el objetivo se cumplió. Aquí vive una familia dignamente. (...) Pero el objetivo que no se cumplió es el estudio previo (...) Elemental en sí no se hizo responsable de lo que era el diseño en la región, no se hizo responsable de las familias, de nada". Si bien, no duda de la calidad profesional de Aravena, agrega que "es un gran arquitecto, lo felicito por el premio, pero acá se equivocó en el análisis de dónde poner Elemental".
A pesar de lo tajante que es respecto al actuar de Elemental tras los desagradable inviernos que pasaron, la dirigenta social apunta a que las responsabilidades debieron ser compartidas por todas las entidades implicadas en el proyecto. "Ellos (Elemental) como arquitectos presentan un proyecto, Serviu lo aprueba y sabe las condiciones de acá, más un Techo para Chile que avala una habilitación social con todas estas familias de campamentos y después la constructora (Valle Mar) que lo ejecuta. ¡Cómo nadie se iba a percatar de estas condiciones!", reflexiona.
Cabe señalar que, cuando la compleja situación por la que estaban pasando los vecinos del primer sector de Playa Ancha explotó en los medios, Aravena no eludió los cuestionamientos. Incluso, en el 2011, señaló a revista ¿Qué Pasa? que entendía la rabia y frustración de los playanchinos. "Vienen saliendo de una situación muy vulnerable y un hecho como éste los retrotrae a una historia reciente doloroso", aseguró. Al mismo tiempo, pidió cautela ante los cuestionamientos frente a un posible error de diseño.
¿Qué dice el informe técnico? Tras tres inviernos donde las inundaciones de las viviendas de la Población Elemental fueron la tónica, el Serviu encargó un informe técnico pericial, con la finalidad de detectar las principales problemáticas estructurales y , con ello, generar posibles soluciones. A la postre, los daños ocasionados por el frente fueron la destrucción de la cubierta de zinc alum, la cual fue arrancada por el fuerte viento. Además, se presentaron filtraciones en rendijas de ventanas y daños en el sistema eléctrico.
En el documento, generado por la Unidad de Asistencia Regional de Serviu (UATR), se identificó que el edificio cumplía con la normativa vigente ante condiciones de temperatura y aislación, pero el análisis identificó que el área donde se emplazó el conjunto de edificios presenta un micro clima que acentúa la velocidad del viento, particularidad que no es identificable en las tablas de zonificación necesarias para el diseño.
Al respecto, y luego de atender la emergencia, se solicitó financiamiento al MINVU a través del programa de mejoramiento Protección al Patrimonio Familiar para ejecutar revestimientos nuevos e impermeables (tinglado de PVC, vinyl siding sobre placa OSB), techumbres a prueba de viento (cubierta enballetada) y ventanas de aluminio de alto estándar. Estas obras fueron ejecutadas y - según los propios vecinos- hasta el día de hoy funcionan sin inconvenientes.
En el Minvu regional señalan que, tras esta mala experiencia, se agregó en el itemizado técnico que deben cumplir los proyectos a financiar con subsidios del Minvu, que los proyectos de conjuntos de viviendas que se ubiquen en sectores con particularidades climáticas y en específico para zonas costeras de quebradas y acantilados deben tener ciertas características. En el caso donde los edificios se emplacen a menos de 25 metros del borde y sobre una pendiente de más del 100%(45°), se deberán diseñar y construir soluciones técnicas distintas a las tradicionales, con especificaciones acordes a las soluciones extremas, como por ejemplo, en lo que corresponde a vanos con orientaciones enfrentadas a viento y lluvia, fijaciones de cubiertas, entre otros puntos.