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Quilpué y su secreto mejor guardado: la Boutique del Vino

Abriéndose paso en un nicho dominado por el mercado retail, llega a la zona este pequeño, pero pujante emprendimiento que sacó de las frías góndolas del supermercado a los rojos y blancos. ¡Descorcha tu pasión!
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Guillermo Ávila N. - La Estrella de Valparaíso

El vino es como la vida: se aprende paso a paso.

Porque la bebida de las bebidas -Jesús y Eddie Vedder saben del 'manjarsh'- te acompañará como un temporal que llega a ti, para luego despejar tu diario vivir. Contra viento y marea. A tu salud.

El proceso de madurez empieza cuando se comienza a beber. Primero de una manera desenfrenada, loca e inconsciente… (y en caja). Luego, entendiendo los básicos: tinto para carnes rojas; blanco para pescados y mariscos. De a poco pasas de la ignorancia al sibaritismo exquisito de los mostos.

A esta altura, puedes presumir de un Gran Reserva y de ciertas cepas. Mientras más pruebas, más te interesa. Ya aplicas elegancia en nariz con prodigioso olfato por las notas florales, frutos rojos ahumados y minerales. En boca, cuerpo medio, taninos carnosos, final frutal o lo que sea. Caperuzo: curiosidades acerca de los viñedos. Que el Pinot Noir, Malbec o Cabernet.

Ahora ya eres un experto, ¡puedes elegir el elixir que hace grande a Baco (y lucirte en un club)!

En la Provenza italiana tienen un dicho: "Un día sin vino es un día sin sol". Quilpué es una localidad en franco crecimiento, la "Ciudad del Sol" -hoy más que nunca- como se conoce a la capital de la provincia del Marga Marga, enclavada en un valle seco entre la cordillera de la Costa y de Los Andes.

Allí, en una urbanización cargada al cemento y abierta a los polos de progreso, se encuentra un pequeño pero coqueto santuario enológico, un mini templo consagrado a uno de los productos estrella más reconocidos de Chile, y que comenzó a operar hace solo cinco meses para revolucionar la zona: la Boutique del Vino.

Y una mujer que las hace absolutamente todas en su negocio -incluso el diseño de los paquetes y las boletas, todo reciclable- ubicado en la calle Del Alhelí 2011, local 7 (debajo del gimnasio Pacific).

Giannina Cianferoni tal vez nunca se creyó el cuento o pensó que lo tenía en las venas. Solo se tardó seis meses en la planificación de su empresa. Hoy es una emprendedora de tomo y lomo. De esas que supo reinventarse ante la necesidad obliga creatividad. De sacar un as bajo la manga luego de pasar una angustiosa cesantía que le implicó decirle chao a su antigua profesión que la tuvo durante nueve años tramitando causas judiciales.

"Aquí hago todo. Estoy a full, esto es a tiempo completo", comenta Cianferoni, quien ahora sentada en su cálido local, se da tiempo para recordar el momento en que vio la luz. "Empecé a ver qué hacía, sin trabajo. Pertenecí a un club de vino por dos años como pasatiempo", recuerda, hasta que vino el click definitivo. "Quise sacar de las góndolas de los fríos supermercados las botellas de vino. Cómo y cuánto cuesta producirlo, de qué valle vienen. Armar un cuento propio, una historia con el vino".

Así, junto a su marido Jorge Baeza, que la apoyó desde un comienzo, se lanzaron a enchular un discreto espacio para montar su sueño: paredes que ellos mismos pintaron de blanco, lámparas confeccionadas con botellas de vino y aquellos mínimos detalles que hacen carismático al emprendimiento.

Cada sorbo, un aroma

Ya lo dijo el escritor y bebedor Ernest Hemingway: "El vino es la cosa más civilizada del mundo". Un sueño para los gozadores de este arte etílico. "Hacemos catas de vino una vez al mes". Y apuntan más alto: "Para el segundo semestre, queremos hacer una cata a la semana. Para ello invitaré a mis clientes, unos 12 en total, ya que el local no es grande. Quieren probar cosas nuevas", agrega la hoy empresaria.

Su desafío a corto plazo no queda en eso. Van por más: a las 70 etiquetas de vino que tienen, quieren agregar unas 120 en total, incluyendo la búsqueda con lupa en aquellos valles escondidos. "Ya tengo lista de espera de viñedos, tanto pequeños y grandes que quieren entrar".

Ahora, un factor clave en la expansión es la estrategia comercial. Ella optó por una elemental y bien ponderada, el boca en boca. "Nos estamos ampliando a nivel regional. Hay interés, incluso más allá del Marga Marga".

Y ese interés viene del valle del Aconcagua, de la localidad de San Felipe. Allí, en tiempo récord, tienen contemplada una primera sucursal del tipo franquicia. "Estamos armando el asunto. Es un lugar que nos interesa".

Pero, ¿qué hace potente a esta pequeña boutique? "Somos únicos acá. Existen otras dos boutique, pero están en Viña del Mar".

Póngale nomás

Chile es un país con una larga y extensa faja de tierra: 1200 kilómetros de área vitivinícola de norte a sur. Y con un centro donde los vinos blancos costeros adquieren gran valor. Recuerde, aquí los vientos marinos y cordilleranos son fríos. Un plus en la llamada Ruta de los Vinos.

Todas estás ventajas, se ven en el catálogo de la Boutique del Vino, además de su robusta oferta: vinos de autor, vinos de garaje (vinicultores innovadores), vinos boutique. Incluso hay para otros gustitos: pajarete (de Vallenar), piscos y cervezas artesanales. Destiladas golosinas en complemento con productos endémicos de la zona como mermeladas (de pimentón, cebolla y zapallo italiano con avellanas), picante de cochayuyo, o merkén 100% natural.

Giannina Cianferoni se da tiempo de reflexionar. Luego sonríe y argumenta con personalidad. "Me contacto con los productores, los viñedos. Miro las fichas, Internet, cato los productos. Si me gustan, acá les damos vitrina".

Primera Feria y viñas

De hecho tienen programado para este 28 de febrero organizar la primera Feria del Vino Boutique 2016, de 19:00 a 23:00 horas, a un costado del estacionamiento. "Será como sacar la tienda a la calle. Ya pedimos el permiso municipal y nos asociamos con otros restaurantes del tipo sushi, comida peruana y empanadas", añade la viñamarina de nacimiento.

Por si fuera poco, las canastas gourmet son otro de sus atractivos. Ya sea para eventos, celebraciones corporativas o coquetos regalos, contienen pasta salada, chocolate, must de erizo, una copa, y vino, incluye el delivery. La más cara cuesta 23.990 pesos (agregan un salamé de ciervo - jabalí). Ahora, si tu bolsillo anda a lo Máximo Tacaño, ojo: 15990 pesitos.

Al recorrer su establecimiento, uno denota inclinación por viñedos emergentes. Tome nota y saboree: Viña Los Perales, Viña De Neira, Viña InsTinto, Viña Bowines, y una perla entre las joyas: Tinta Tinto, de Algarrobo, con su etiqueta pintada a mano y el número de botella con la edición que usted se echará pa'dentro, compa.

Al detalle, y mientras comienza a calentarse la boca, démosle a los recomendados: cepa Cinsault, un tinto de Bandido Neira. O un Carignan, del Valle del Maule. O cepa País y Carignan, Perla de Cauquenes.

Lo mejor, los precios competitivos que van desde los 3390 a 15490 pesos. Toma.

Se ofrece el precio por unidad y también precio caja por seis unidades. Además, y para hacértela fácil, aquí se puede mezclar como uno quiere. Ejemplo: un pipeño, un pajarete, un vino blanco o tinto, etcétera. Eso sí, debe ser de la misma etiqueta.

Desde finales del siglo XIX -con viñedos de cepas francesas- la industria vinícola chilena ha sido potencia con premios y medallas. Hoy, los vinos nuestros hacen bandera: se encuentran en más de 150 países.

La Boutique del Vino también va por la senda del reconocimiento: que sepan que es un local ameno, atendido por su propia dueña. "Me gustaría hacer en esta zona un hotel boutique". Porque Giannina, la emprendedora, asegura que de Quilpué, ya no la mueve nadie. ¡Salud!