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La "Payasita" volvió a subirse a la cúpula del Hotel Español

Desplegó un amplio equipo de rescate entre Carabineros, Bomberos y el Samu quienes lograron bajarla sin daños.
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Nicole Valverde S.

La "Payasita", como se le conoce en la ciudad Jardín a Jocelyn del Pilar Barraza, de 30 años, volvió a hacer de las suyas tras subir a la cúpula del Hotel Español, ubicado frente a la Plaza de Viña.

Todo ocurrió a eso del mediodía de ayer domingo, cuando la mujer que vive en situación de calle y además es sordomuda, llamó la atención de los transeúntes que se detenían a mirar cómo rompía con un chuzo parte de la estructura del techo del edificio.

Algunos pensaron que se trataba de un intento de suicidio, pero muchos sabían de quién se trataba, ya que el 2010 había hecho lo mismo, amenazando con lanzarse al vacío. Aunque no hay claridad de cómo hace para subir hasta el techo del inmueble, ella siempre logra llegar hasta la cúpula, se encarama en las cornisas y se saca la ropa.

De inmediato llegaron al lugar Carabineros de la Primera Comisaría de Viña del Mar, un equipo de rescate de Bomberos y el Servicio de Atención Médica de Urgencia (Samu).

NO PASó A MAYORES

Ante la mirada curiosa de los transeúntes, y tras un par de horas de trabajo, finalmente la mujer pudo ser rescatada por Bomberos, y luego fue examinada por el Samu.

Quienes la ubican por su constante transitar a través de las calles viñamarinas, aseguran que la "Payasita" es inofensiva. Que está sola y no ha tenido una vida fácil. No sólo porque no puede oír ni hablar, sino porque está sumida en un grave problema de adicción a las drogas, que se ha ido acrecentando con el paso del tiempo.

Sola en el mundo

Jocelyn suele pedir dinero en las calles. El apodo de "Payasita" vendría porque antes solía pintar su cara como un mino para bailar en los semáforos.

Hace un tiempo se instalaba en la Plaza Latorre , frente al Hotel O'Higgins y sólo bailaba.

Hace unas pocas semanas se instaló debajo de la pasarela de la Avenida España que cruza hacia la Escuela Industrial, y desde ahí se le perdió el rastro hasta ayer.

Más de 80 familias de Achupallas no pueden mejorar sus viviendas

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Indignación, molestia y peregrinación son las palabras que usa Edith Rojas, presidenta del Comité La Parva de Achupallas, para describir lo que ha tenido que vivir junto a 84 familias de vecinos y vecinas de su población, quienes a pesar de haber logrado la ejecución de un proyecto de urbanización el 2004 y luego la obtención de sus títulos de dominio, tras 12 años aún no pueden disfrutar de su condición de vecinos regulares y propietarios de Viña del Mar.

El problema se arrastra por años y pese a que se les ha anunciado en varias oportunidades la ejecución de un plan de cierre de los proyectos, esto no ha ocurrido. La mayoría de estas familias cuentan con servicio de agua potable y pagan mensualmente sus cuentas, por lo que no se explican las razones para que desde la municipalidad les expliquen que su situación está "en carpeta" y que el problema radica en que la empresa sanitaria no ha recepcionado obras que están plenamente operativas.

En diciembre pasado los vecinos y vecinas del Comité enviaron una propuesta de solución al municipio, que consiste en la firma de un convenio entre la Municipalidad y Esval que permitiría, regularizar de inmediato el proyecto a cambio de que la municipalidad se haga cargo de la regularización de las servidumbres de paso que aún no se constituyen en un plazo de 5 años, permitiendo así su postulación a los tan anhelados subsidios habitacionales, sin embargo hasta la fecha sólo les han señalado que el asunto podría evaluarse a fines de febrero.