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Un profundo viaje al misterioso universo de las regresiones

La voz que transmite calma y vibras en el dial 102.5FM en Radio Valparaíso, con su programa "Escuchando voces", nos cuenta de la regresión. La Estrella estuvo con Alexis Sarmiento (su gurú) para "dejarse llevar".
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Guillermo Ávila N. - La Estrella de Valparaíso

Segunda Guerra Mundial. Una persona arranca de los soldados que invaden salvajemente a un poblado. Al segundo, esta persona, que es mujer, aparece escondida en un orificio que sirve como refugio. Escapa. A su lado, sus hijos, que junto a ella, se envuelven para pasar inadvertidos. La mujer - madre - se percibe en otro idioma, con otra ropa y otra cara. Advierte a sus pequeños que tengan mucho cuidado.

De sopetón, un tanque emerge de la nada: ruidos, placas y la vibración de los motores de la bestia blindada que recorren cada fibra de su ahora triturado cuerpo.

Lo que viene es aún más sorprendente y exacto: frente a un edificio, ella se ve salir del cuerpo. Entonces, flota. "Veo el campo verde, humo, árboles… me angustio por mis hijos. Siento el dolor del tanque sobre mí y luego, de inmediato, el no dolor: me conecto con la salida porque el alma, sí sale del cuerpo". El relato se apaga. La sesión termina. La sanación, también.

Mediados de los ochenta. Liceo Eduardo de la Barra. Un profesor no da más y grita a todo pulmón delante del tercero medio: "Señor Sarmiento, usted es un antisocial. ¡No será nadie en la vida!". Lo que vino de inmediato fueron feroces burlas y la risotada de todos sus compañeros. Sarmiento sintió que el corazón se le partía...

Hoy Alexis Sarmiento es otro. Un tipo con avasallante personalidad, de un metro noventa, con look rockero -toca la guitarra en una banda tributo-, ex cadete de las inferiores del Wanderers como arquero y convencido de tener un don (a su juicio que todos podríamos tener) que lo hace aún más especial: la capacidad de hacer regresiones a pacientes ávidos de sanar a la interna.

Pero ¿qué es una regresión? "Un estado de conciencia expandido, en el que la conciencia viaja o se traslada al pasado. Eso mientras otra parte sigue conectada al aquí - ahora, de la mano del terapeuta quien realiza la sesión, a la vez que el paciente nunca se duerme", nos explica el sicólogo clínico acreditado y perito sicológico de la defensoría penal.

Así se accede al inconsciente y luego a lo llamativo, el alma. Álex, como también se reconoce, agrega: "No es un viaje como cerrar los ojos y ver una película en 3D. Es un viaje de sueño en sueño que la persona vive. Somos cuerpos espirituales, viviendo en un cuerpo físico. Y cuando morimos, volvemos a la vida espiritual. Ojo, que esto está por sobre las religiones".

Como el relato de la mujer de la II Guerra Mundial, Alexis Sarmiento, oriundo de Valparaíso pero trotamundo por convicción (vivió casi un lustro en Suecia), ya lleva a su haber más de 200 regresiones en tan solo cuatro años. Hablamos de un caperuzo, de cautivadora labia y que se muestra serio en esto de la técnica psicoterapéutica transpersonal, que está dentro de la psicología Holística que entiende al ser humano como un todo, integrado a su cuerpo, su mente, su contexto y espiritualidad.

Aquí, en su despacho minimalista -paredes blancas, una lámpara, reloj de mano, velas, diplomas y un sillón reclinable-, se siente cierta vibra. Porque hablamos de una terapia espiritual, no mental ni racional, que lleva a cabo el psicólogo. "Aquella fue una sanación muy bonita. Es muy lindo eso. Nadie te puede decir algo así tan verídico, tan detallista como la mujer del tanque".

Sarmiento reflexiona y da paso a otro testimonio mientras nos acomodamos a su particular entorno: otra mujer asegura que fue prostituta en una vida pasada. "Esa mujer mayor (sobre 65 años) sufrió abusos sexuales. ¡Sentía la vibración del violador durante la sesión! Pero esa mala vibra se va con la regresión… un embudo de luz para un acto de perdón. Y después, por fin, el alivio de ella en esta existencia, una vida con 45 años de insomnio".

Al estar en ese viaje, la persona se relaja para abandonar su conexión con el cuerpo y hace un viaje astral, que es la regresión. "Es un todo. Nada está afuera, todo se incluye. La esencia que se vive es algo personal. Te vas a otras situaciones de vida", añade Sarmiento quien estudió Terapia de vidas pasadas en Argentina con el doctor José Luis Cabouli, crack especialista en esta terapia y autor de 9 libros.

Y no es todo: se perfeccionó con el gurú del tema, el consagrado autor del best sellers 'Muchas vidas, muchos maestros'. "Estudié terapia de regresiones con el doctor Brian Weiss, autor de siete libros, en Nueva York".

Precisamente ahora cita a Weiss, psiquiatra formado en la Universidad de Columbia y en Yale Medical School: "Lo que vas a vivir no importa si es producto de tu imaginación o fantasía, si son recuerdos reales, símbolos o metáforas. Lo que cuenta es la experiencia que vas a vivir. Déjate llevar por tu mente. No juzgues, pienses ni critiques lo que te está pasando. Vive tu experiencia. Lo que sea que penetra tu conciencia, estará bien".

Maestros y modalidad

Hay un dicho que dice algo así como que no te fíes del que escribe libros de auto ayuda pues se ha hecho rico a costa del perdedor.

Pero esa máxima, con las regresiones, parece no aplicar. Aquí lo que importa es la sanación en el paciente, curar los síntomas atrapados en tres tipos de estados: regresión a la infancia, regresión al útero materno, regresión a otras vidas.

Una persona que se suicidó hace 20 años le pide al paciente -que no se conocen- que le diga a su madre que no sienta culpa: está en un lugar de luz.

Tres semanas después, el paciente visita a la familia del suicida. Cuenta su experiencia de regresión a la madre. Lo que vino: "abrazos y una sensación de sanación", dice Álex.

Hasta hace siete años, quien tengo al frente era muy racional. "Soy profesor de sicología social en la U. Federico Santa María. Vengo de la metodología científica". Eso, una vez que le tocó vivir la primera experiencia que le cambió la percepción de todo.

"Me ha sucedido que un par de pacientes han recibido mensajes para mí. De maestros médium. Dicen: 'Mi tiempo ha llegado, estoy preparado para generar un espacio de apertura espiritual de sanación'. Me dijeron que estaba predestinado para esto".

Sarmiento replica: "Me sanaron de los ahogos a través de una regresión (le han hecho 15)". Así dejó de pensar racionalmente y desarrolló su hemisferio derecho en el cerebro.

Y es que todo lo pensamos de manera racional. Para que se haga una idea, desde pequeños nos enseñan a desarrollar el hemisferio izquierdo del cerebro, el racional. Eso a diferencia de potenciar el hemisferio intuitivo, que es el derecho. "Cuando se habla de regresión, te conectas con la glándula pineal y la vibración universal... activas el hemisferio derecho. Esta experiencia son códigos espirituales, no racionales. Estamos decodificando algo que es con otros códigos. Cuesta explicarlo, hay que vivirlo".

Al conversar estamos en la vibración beta (ideas abstractas), cuando uno se duerme, entra en la alfa: eso es estar en regresión. También la zeta y la delta (las más profundas), conectan con mundos espirituales, experiencias místicas y vivenciales del alma.

¿La modalidad? Se entrevista y la persona cuenta los síntomas de su vida personal: angustias, crisis de pánicos, fobias, miedos. Sensaciones de ahogo al agua, miedo a las alturas. Esos síntomas son la punta del iceberg de un hecho mayor anclado en otra vibración, la del alma, que puede venir de la infancia, la época fetal u otra vida.

En regresiones surge esa información desde lo subconsciente y aparece en la sesión. Entonces, se drena esa información; así la carga emocional baja y se alivia. "Entras en un plano de sabiduría, incluso sanas. Suele pasar así. Va a costar entenderlo, porque si uno piensa en racional, no se puede absorber esto. Puedes creer que se trata de pamplinas".

Precisamente Sarmiento me dice a quemarropa que un sujeto como yo no está apto para una regresión. Al menos no por ahora. Un periodista que hunde el dedo sobre la llaga en ciertos tópicos está, según el experto, aferrado a lo racional, lo pragmático.

Viaje vivencial

Pero a mi lado se encuentra Kika, nuestra expectante fotógrafa. Eso lo palpa el sicólogo. Acuerdan un vivencial. Este es el relato de Francisca González (Kika). He aquí su propia regresión:

"Me hace algunas preguntas. '¿Algún hecho que marcó tu infancia? ¿Algún tema que quisiera tocar?'.

Me recuesto en el sillón, tapo mis ojos, y sobre ellos, una tela negra. Trato de relajarme, mientras la voz profunda de Alexis invita al sueño. Al principio me cuesta entrar. Siento ahogo, pero no logro identificar de donde viene esa sensación. Todo es negro, siento falta de aire. Alexis me pide que avance.

Entre la nube negra identifico un auto, luego otro, después una calle. "Esa calle la conozco", pienso. Estoy en la casa de mi tía. Las puertas abiertas pero no veo nada adentro. No siento ganas de entrar. Sigo avanzando. Veo momentos de mi infancia que me marcaron, pero al rato "aparezco" (siempre tuve la sensación de no estar físicamente en ninguno de esos episodios) en la habitación de mi mamá. La siento sola. La abrazo. Le digo que la quiero, a pesar de ser pesada e infantil.

Alexis pregunta: '¿Qué tienes tú que no te gusta de tu mamá?'. "Soy enojona y cabra chica", respondo. Luego observo a mi familia en la playa, riendo y pasándola bien.

Después me veo sola. Todo pasa muy rápido, sin darme tiempo para analizar mucho. Luego veo a mis amigos: rostros sonrientes, cada uno en lo suyo, pero felices. Se trata de una linda imagen.

Con uno de ellos me quedo más rato. Se aleja de mí. Luego estoy en el hospital. Al final de la habitación percibo a alguien. No estoy segura de querer verlo. Me acerco. Sus ojos están vacíos. Siento rabia y pena. Decido abrazarlo.

Alexis cuenta que los sentimientos son normales, que debe irse y aprender que sus acciones estuvieron mal. Cuando lo dejo ir, me veo en una calle conocida. Ahora la persona que no estaba segura de querer acercarme, me saluda. La dejo. Aparezco en mi casa, sola. En una habitación, emerge una sombra negra: no sé quién es.

En este viaje parece ser la única que puede verme. No vislumbro su rostro. No siento miedo. Parece relajado, él pertenece a ese lugar. De pronto, está 'volando' sobre la calle.

Avanzo, pero un peso en mi estomago me aflige.

Ahora estoy consciente de mi cuerpo. Ya no vuelo. Estoy en la oficina de Alexis con algo o alguien acostado sobre mi cuerpo. Siento el peso sobre mi estomago, piernas y pies. No es una sensación mala.

Alexis le pregunta '¿qué quiere?', entonces le pide que se vaya. Siento que se deshace como arena y se va con el viento. De a poco el peso se extingue y Alexis pide que 'vuelva'.

Lo que para mí fue media hora, en realidad fueron dos horas de intenso viaje. Terminé cansada, como si hubiera corrido kilómetros. Ya en mi casa, quedo con la sensación de haber estado en otro lado".

Si se anima por 4 horas, el sábado 2 de abril se realizará "Seminario de Vidas Pasadas. Mi experiencia en EE.UU. con Brian Weiss". Reserva de cupos: Lya Ramírez al 56995894355. Web: www.energiascapacitacion.cl.