Matías Valenzuela - La Estrella de Valparaíso
El calendario indicaque ya estamos en la segunda semana de febrero y mientras muchos aún están enfocados en las vacaciones de verano, hay varios que ya están pensando en la vuelta a clases.
Porque nunca está de más adelantar trabajo, en Valparaíso no son pocas las personas que para evitar hacer las cosas a última hora empiezan desde finales de enero a buscar las prendas que les faltan para completar el uniforme escolar de sus hijos. En efecto, en varias tiendas y locales porteños sus vitrinas reemplazaron los maniquís con toallas, bikinis y trajes de baño, para exhibir los jumpers, los blazers, los zapatos y los pantalones grises, recordándole a los más pequeños que pronto terminarán las vacaciones y tendrán que volver a la sala de clases inevitablemente.
En verano
En la tienda Blanca Nieves de la calle Condell, se dedican a la venta de uniformes escolares hace más de 25 años, y han sido testigos de como se ha ido adelantando la temporada de ventas con el correr del tiempo.
Carolina Riffo, cuenta que cerca de la tercera semana de enero fue cuando comenzaron a organizarce para vender uniformes con la adquisición de prendas y los exhibidores. "Nosotros nos empezamos a preparar más o menos como la tercera semana de enero con la ropa escolar y se cambia todo en la vitrina", señala la mujer, pero advierte que el grueso de la clientela llega un poco antes del inicio de las clases en los colegios. "La última semana de febrero y la primera de marzo es cuando será más fuerte", dice.
En relación a su clientela de estos días, Carolina cuenta que la mayoría son porteños que aprovechan de adelantar las compras para poder disfrutar relajados el resto del verano y perderse las tediosas filas de marzo. "Algunos lo hacen también para comprar tranquilamente, después se van de vacaciones y cuando llegan tienen todo listo", explica.
No solo gente de Valparaíso es la que aprovecha para comprar el uniforme de los niños, ya que hay varios visitantes que aprovechando su estadía en la Ciudad Puerto compran lo que les falta para sus hijos. Así lo ha visto Joaquín Montero, de la zapatería local Camelia, quien cuenta que ya le ha pasado que algunos veraneantes pasan a buscar zapatos de colegio mientras turistean. "La otra vez nos pasó que había una familia de Santiago que estaba de vacaciones en Valparaíso y pasaron a ver, al final se levaron cuatro pares de zapatos de colegio", cuenta el jefe de local.
Joaquín concuerda en que la venta de zapatos de colegio se ha ido adelantando en los últimos años y cuenta que comenzaron con la venta de calzado escolar a fines de enero pero desde esta semana partieron con la temporada más activa. "Es segmentado, actualmente en febrero esperamos mucha afluencia de público que pase a preguntar por zapatos, pero las semanas fuertes son la tercera y cuarta de este mes", explica.
Respecto del adelantamiento de la venta de ropa escolar, Carolina cuenta que eso se ha sentido fuerte en los últimos cinco años, principalmente por la publicidad de las grandes cadenas del retail. "Nosotros estamos obligados a hacerlo", cuenta y profundiza comentando que "Ahora nos hemos adelantado unas dos semanas porque las grandes tiendas lo hacen y entonces la gente empieza a preguntar precios. Recién termina el Año Nuevo y ya la gente empieza a prepararse, la gente está como más apurada", comenta.
Calidad y estilo
Los vendedores cuentan que lo principal que buscan los padres es la calidad y la durabilidad de los productos comprados para que resistan las caidas, carreras y travesuras de los pequeño en los patios de sus escuelas. "Lo que más buscan es que el zapato le dure todo el año al niño, que no se rompa tan fácil" cuenta el jefe de local de Camelia.
"Nosotros seguimos trabajando con telas nacionales y confección nacional, y hay muchas personas que vienen desde hace años comprándole a sus hijos y nietos y les interesa comprar estas cosas que tienen que durar harto, más de un año", comenta Carolina.
Mientras los padres buscan comprar productos de buena calidad, los niños estan pendientes de que les compren prendas que se vean bien y con estilo. Los uniformes escolares dejaron de ser todos iguales y monótonos y ahora existe mucha más variedad para lucirse en la vuelta a clases.
Una tendencia que se vive hace algún tiempo es la de los pantalones "pitillos", que son aquellos que se van angostando en la pantorrilla. Carolina cuenta que ha recibido varios pedidos especiales de pantalones de colegio apitillados, pero han tenido que rechazarlos porque ellos no fabrican este tipo de prendas, principalmente porque en algunos colegios no dejan que los alumnos los vistan.
En el caso del calzado escolar también ocurre algo similar, ya que algunos niños no quieren usar esos grandes zapatos pesados y duros. "Los niños buscan que el zapato sea bonito, que tenga estilo y ahí eso choca un poco con lo que quieren los padres", cuenta Joaquín, pero agrega que la industria de calzados escolares se ha preocupado de esto y ofrece productos que tengan la calidad que buscan los padres y el diseño que quieren los hijos. "Nosotros contamos con marcas que conjugan las dos cosas, tanto que sea un buen zapato, bonito con buen diseño y que tenga una buena durabilidad", cuenta, y agrega que incluso pasa bien seguido que algunos padres optan por comprar zapatillas de color negro para que usen sus niños en el colegio.
Así, en las tiendas se pueden ver a varias madres arrastrando a sus hijos para que se prueben los uniformes, aunque ellos no quieran saber nada de la vuelta a clases.