San Valentín está tirando flechas al tuntún. Cerciórese usted mismo. Revise las cifras de matrimonios y procesos de divorcios iniciados en 2015. Por cada pareja que se casa, otras dos están divorciándose. Significa que San Valentín está haciendo muy mal la pega o la hace demasiado bien. Cualquiera de las dos hipótesis explicaría por qué unas 90.400 personas casadas mandaron a la punta del cerro el matrimonio por tener su marido o esposa otro amor. Si seguimos así, algunos alcanzarán a celebrar sus bodas de lana, pocos las de plata y un puñado las de oro. Muchos podrían rebatir lo dicho asegurando que sus padres llevan 30 ó 45 años casados. Sí, pero son de generaciones pasadas. Hoy, todo está cambiando. Se casan más tarde, se divorcian antes, casi todo es desechable, hay poca tolerancia, demasiado practicismo, las infidelidades abundan y los medios tecnológicos para engañar también. Así las cosas, firmar el AUC quizás sea un buen regalo para el 14 de febrero. Demuestra mayor compromiso, pero como dice mi amigo Wilson, tiene salida de emergencia fácil y expedita.
Cordialmente,
Ricardo Viteri Prado