Asesino suelto
por / Gaspar Santander
En una fría y húmeda noche, un grupo de personas comienza a congregarse en las afueras de un centro cívico, a la espera de que abran las puertas -al día siguiente- de una gran feria de empleos. Son todos cesantes, víctimas de la crisis económica que ha golpeado al gigante norteamericano. Hombres, mujeres, hasta un bebé en brazos de una desesperada madre, cuya última esperanza está depositada en esa feria de empleos. De pronto, un auto se detiene en medio de la bruma. Un poderoso Mercedes con los faros encendidos. La noche se convierte en una inesperada pesadilla cuando el pesado vehículo se dirige a gran velocidad en contra de la fila, arrasando con todo a su paso. Este impactante episodio abre la novela "Mr. Mercedes", uno de los más recientes títulos de Stephen King, donde el autor norteamericano confirma por qué es uno de los mejores escritores de suspenso y un narrador de talento incuestionable, pese a que a muchos arrisquen la nariz frente al éxito comercial de sus libros. "Mr. Mercedes" no es una novela de terror, sino un policial puro, uno de los géneros que bien ha cultivado el prolífico Stephen King. La historia se centra en Bill Hodges, un policía retirado que pasa las tardes echado en su sillón viendo estúpidos programas de televisión, mientras coquetea con la idea del suicidio; y Brady Hartfield, un empleado de una tienda de electrónica y vendedor ambulante de helados. Hodges es el policía que tuvo a su cargo la investigación de la matanza en el centro cívico, pero debió retirarse antes de resolver el caso. Brady es Mr. Mercedes, el conductor del vehículo de la muerte, un sujeto astuto pero moralmente dañado, con un sórdido complejo de Edipo, cuyo fin último es matar sin propósito. Hodges sale de su sopor cuando recibe una carta de Mr. Mercedes, quien lo insta a quitarse la vida. Pero la misiva surte el efecto contrario, porque gatilla en Hodges la búsqueda desesperada del asesino.
La novela es, en el fondo, un gran duelo entre ambos personajes, a través de pistas y provocaciones que conducen hacia una gran confrontación final. Maestro del suspenso, King sabe construir la atmósfera y enganchar al lector para no despegarse del desarrollo de la historia, cargada de suspenso.
Aunque abunda en los detalles, nada sobra en la prosa correctísima de King y el efecto de mantener en tensión al lector se cumple cabalmente.