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La cueca chora: sin manta ni espuelas también hay zapateo

La huasa es la variante más conocida de la cueca, pero existe también la chora, que cada día suma adeptos por su picardía y simpleza al vestir
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Mirian Mondaca - La Estrella de Valparaíso

Un "¡aro, aro, aro!" quebró la rutina veraniega en Viña del Mar el sábado. Por una tarde, la arena se cambió por el asfalto y el refrescante mar por el frontis del Teatro Municipal. Lo demás seguía igual para febrero: decenas de turistas y viñamarinos paseando por las calles de la Ciudad Jardín. Pero, curiosos, esta vez detuvieron su andar para ver la exhibición de destreza de los competidores del Cuarto Campeonato de Cueca Chora y, también, animarse a zapatear un poco.

Ni manta, ni vestido de china, nada de eso hacía falta. Apenas un pañuelo improvisado con un trozo de papel, o lo que se le pareciese, era suficiente para las animadas parejas del público, que a momentos, hasta le robaban protagonismo a los competidores. Precisamente esa cuota de improvisación, es una de las cualidades de esta variante del baile nacional, surgida en medio de la vida nocturna de mediados del siglo XX, en puertos y ciudades del Valle Central.

Si hubiese que explicar a un extranjero de la forma más clara posible las diferencias que existen entre la cueca chora y la huasa, habría que tomar en cuenta la improvisación y la vestimenta. Éstas son las más notorias diferencias entre ambas, según bailarines y expertos, que se dieron cita en el evento clasificatorio regional, que da pasajes para el Nacional de noviembre en Talcahuano.

Picardía y sensualidad

Uno de los jurados de la competencia realizada en Viña del Mar, Julio Esparza, miembro de la Asociación de Folcloristas de Quilpué, inmediatamente hace una clara distinción entre ambas, respecto al esquema que sigue cada una. Explica que la cueca huasa, "está muy estructurada y muy arraigada a ciertos parámetros que son precisos de marcar y evaluar". En cambio, la chora (o urbana, acota), "es de libre expresión, donde sin salirse de la estructura de la cueca, se baila de una manera más actualizada, más de ciudad", comenta.

Esa libertad, que explica Esparza, es lo que atrajo de este baile a Leslie Núñez y Marco Valencia, campeones regionales y terceros a nivel nacional el año pasado. "La chora es la cueca de cada uno, uno le pone lo suyo. El hombre la picardía, la mujer la sensualidad, y eso se defiende. Uno la baila como la siente, eso es lo que gusta tanto de esta cueca", indica Valencia.

Una opinión similar tienen Monserrat Loyola y Edgardo Cárdenas, ganadores regionales de este año, que en noviembre se verán las caras con los mejores exponentes del país, representando a Valparaíso. Emocionados aún por el reconocimiento, cuentan que apenas llevan un año bailando juntos (ambos por separado más de diez), pero que el ser una pareja de enamorados más que sólo de baile, les ha ayudado bastante a lograr ese fiato tan necesario, porque "la bailamos con el corazón", asegura Monserrat.

En tanto, Edgardo está convencido de que "convivir juntos nos ayuda mucho, porque hay una confianza diferente. Yo la seduzco en el baile y ella muestra su coquetería, somos un complemento". Sin conocerlos y viéndolos bailar por única vez, la complicidad que muestran es notoria, incluso para el más inexperto de los espectadores.

Vestimenta

El atuendo usado al bailar es la otra característica más notoria que diferencia a la cueca huasa de la chora. En la primera, para el hombre, la manta (o chaqueta), el sombrero, pantalón y espuelas de huaso son indispensables. Lo mismo ocurre con el vestido de china o huasa, en el caso de la mujer. Ambas vestimentas son el indicio inequívoco de que se está frente a la tradicional cueca huasa.

En cambio, en el caso de la cueca chora, el vestuario es más libre y se caracteriza por su estilo urbano. El hombre tiene la libertad de usar camisa o chaqueta manga larga o corta, y un pantalón y zapato cualquiera ( ya sea negro o de color), completan el atuendo. Para la mujer, la vestimenta se reduce, generalmente, a un vestido y un par de zapatos con tacos. Si busca aportar coquetería, un listón o adorno en el cabello, es el complemento perfecto.

La forma tan diferente de vestir de la cueca chora, indica Esparza, ayuda también a hacerla más cercana a la cotidianeidad. "Lo que buscamos es que la cueca tenga un nivel urbano, para ir insertándola y haciéndola cada vez más arraigada en nuestros sectores poblados de la ciudad (...). En ella se expresa una conquista más urbana".

¿ Por qué cueca chora?

La cueca chora recibe esa denominación de los choreros de Talcahuano (lugar que tiene la organización del campeonato nacional). Esparza puntualiza que "antiguamente los choreros mariscaban choros y de ahí viene, usando el gentilicio de Talcahuano, se habla de cueca chora. Acá en Valparaíso es la misma cueca urbana o porteña, cada lugar tiene su identidad".