Claudio Morales
En el club Estudiantes de Quilpué cuentan con siete canchas de arcilla y ya comenzaron a trabajar en los terrenos del recinto para construir dos más, con recursos propios en un alto porcentaje y con el apoyo del municipio local. "Ya estamos moviendo tierra y aplanando el terreno, la idea es que estas dos canchas que agregaremos estén listas en aproximadamente un año".
Así estima uno de los tres profesores que laboran en el club, Gonzalo Bravo. Prepararon por semanas un torneo del circuito de entrenadores de tenis de la región, CET, en el que tuvieron cerca de un centenar de niños de entre 12 y 14 años.
Aunque los chicos que participan en el club ubicado en calle Subercaseaux (al lado del complejo de Matías Fernández) llegan más pequeños porque ahí los forman desde chiquititos con la ilusión de que salgan después al circuito competitivo y puedan destacar en el deporte de la raqueta.
El proceso parte desde abajo y es parte del proyecto que se denomina "Haciendo Tenis", en el cual Bravo se esmera junto a sus colegas Pablo Alvarado y Nicolás Vera. Ellos trabajan con el concepto de los colores: canchas roja, naranja y verde. "La cancha roja es para los más pequeños que parten el proceso de iniciación y en realidad los colores hacen alusión a las pelotas con que cada grupo de niños juega".
Desde el rojo
Según Bravo, las pelotas rojas son un poco más grandes y tienen un 50% menos de presión (peso), con la idea que pequeños de entre 4 y 7 años puedan jugar e impactar con la raqueta una pelota que es un poco más lenta y les permite alcanzar a realizar más tiros. Desde ahí, los niños que pasan esa etapa comienzan a jugar con pelotas anaranjadas que son 15% más lentas, hasta llegar a las pelotas verdes, que tienen características similares a las profesionales. Con estas últimas, juegan chicos de 10 y 11 años y es la antesala para los que después entran al circuito competitivo infantil y juvenil.
Bravo señala que en el primer año del proyecto que tienen en el club Estudiantes, el concepto fue masificación, para atraer a la mayor cantidad de niños posibles. "Tenemos una lista de 75 inscritos, pero habitualmente son como 45 niños los que asisten regularmente a los entrenamientos que hacemos los miércoles y sábados en la mañana", cuenta el instructor, que agrega que quieren apuntar de aquí en más al alto rendimiento.
Para eso ya tienen un grupo de quince niños que los están trabajando especialmente para que cuando tengan 9 o 10 años ya estén con todas las herramientas participando en torneos infantiles. Según Bravo, los chicos que llegan acá "por lo general son niños que practican más de un deporte y absorben atributos según lo que hacen. Los que juegan fútbol tienen más coordinación de piernas, los que nadan tienen más resistencia física, o los que practican atletismo son más rápidos para llegar a las pelotas". Talentos innatos para el tenis también llegan, pero ahí los juntan a todos y los nivelan.
Los requisitos son llegar con una raqueta y en el club les pasan gorrito y bloqueador para que se protejan del fuerte sol estival.
La Estrella de Valparaíso