Daniella Tossi C. - La Estrella de Valparaíso.

Hasta navegando en la alcancía más antigua hay pocas probabilidades de encontrar monedas de uno y cinco pesos, la extinción de estas monedas es un hecho y a la vez un gran problema para los comerciantes y micreros porteños.

Para muchos el sencillo o molido, como le dicen algunos, han perdido completamente el valor, hay quienes incluso las tiran cuando se encuentran con ellas en sus bolsillos; otros sin embargo un poco más ahorrativos, las juntan y cuando reúnen una gran cantidad, las cambian en negocios o las depositan en sus cuentas bancarias.

En Valparaíso aún existen lugares que ocupan estas pequeñas monedas para dar vuelto y es que para muchos ese peso es muy valioso, es el caso de la panadería porteña Guria, ubicada en Salvador Donoso, que a pesar de que hace algún tiempo se vieron obligados en redondear su precios por la escases de monedas de peso, siguen utilizando las de cinco. "Todos los días tenemos que ir a cambiar, en el banco cada vez tienen menos, son las personas las que nos ayudan y nos traen monedas para cambiar a la panadería", señala Teresa Nieto, cajera de la Guria.

Otros que tienen dolor de cabeza diario con el sencillo son los micreros. Por ejemplo el viaje entre Viña del Mar y Valparaíso, cuesta $480 pesos.

Juan González, micrero, explica que el sencillo es un problema y que lo mejor es redondear las cifras. "En efecto contar las monedas de 10 pesos para entregar vuelto, quita tiempo y desconcentra al chofer. Se podría evitar muchos problemas si redondearan las cifras", afirmó.