Mirian Mondaca Herrera. - La Estrella de Valparaíso.
En el 2000 , el inicio de año en los planteles de Educación Superior de la Región de Valparaíso se tiñó de sangre y, con ello, llenó de dolor a una familia porteña.
El 11 de marzo, Paula Vivanco (19), novata de la carrera de Ingeniería Bioquímica de la UCV, murió tras ser embestida por un tren, mientras un grupo de alumnos jugaba a esquivarlos, durante el tradicional mechoneo. Éste es recordado como el hecho más trágico de las tradicionales celebraciones de bienvenida que los centros de estudiantes dan a sus nuevos compañeros.
Pero, lamentablemente, para los padres y jóvenes que temen por su integridad al momento de ser partícipe (obligado o no) de festejos de este tipo, estos hechos violentos no han sido aislados a nivel nacional. Otro caso conocido a nivel nacional, es el incidente ocurrido el año anterior a la muerte de la joven porteña, donde a Jorge Wohlk (21), de Química Marina de la UCSC, terminó con un una intoxicación etílica grave, tras ser obligado a beber una cantidad importante de vino blanco y sufrir de hipertensión. El estudiante no falleció, pero sí fue un susto para su familia y amigos.
Puntos críticos
Hace algunos años, las casas de estudios y sus federaciones -en conjunto con el INJUV y SENDA- vienen trabajando para cambiar el switch a los estudiantes superiores, y así, acabar con los mechoneos violentos. No obstante, a pesar de estos esfuerzos, prácticas denigrantes o con connotación sexual aún se siguen produciendo, aunque en menor medida y sin consecuencias trágicas como lo sucedido con Paula Vivanco en Valparaíso.
El lugar estratégico para este tipo de mechoneos violentos continúa siendo Playa Las Torpederas, donde preferentemente por su cercanía, alumnos de la UPLA y la UV hacen el 'cálido' recibiendo a los estudiantes de primer año. Si bien, la tónica en el último tiempo ha sido que las federaciones usen este espacio para realizar actividades de bienvenida con un tono amigable, aún ocurre que alumnos se escapan de lo establecido por sus centros y deciden usar este lugar para eventos bochornosos.
Testigo de estas bienvenidas deshonrosas también es avenida Brasil y Pedro Montt, donde entre marzo y abril, cada día decenas de jóvenes se pasean descalzos, con sus ropas rasgadas, sucias y con mal olor. Los pastos cercanos a calle Rodríguez también han sido escenario de juegos insinuantes, donde los hombres son recostados boca arriba, instalados uno al lado del otro, para que las mujeres se arrastren sobre ellos y su zona genital.
Otro juego típico de estas bienvenidas, que en más de una ocasión se ha visto en Las Torpederas, es el uso de una toalla higiénica bañada con mermelada, la que es puesta en la zona genital de las jóvenes que, recostadas boca arriba, esperan que sus compañeros laman. Si para los hombres existe esta práctica, para las mujeres está el plátano cubierto con un condón, que es puesto en el bajo vientre de ellos para ser besado por las estudiantes.
Ponerles fin
Cuando Carlos Vergara, actual Secretario General de la FEUV, ingresó hace tres año a la carrera de Gestión en Turismo, recuerda que en su facultad ya no existían los mechones violentos, pero en otras carreras sí. "Nunca existió esa cultura del mechoneo, pero hay otras carreras de la propia UV y de la UPLA, por ejemplo, donde aún sucedía y sucede". Considerando las consecuencias que un trato violento hacia los novatos puede ocasionar, Vergara cometa que ya trabajan en prevenir estos hechos.
"Queremos terminar con el mechoneo por eso tenemos planificadas actividades relacionadas con la construcción de conocimiento y comunidad", dijo.
¿QuÉ HACER?
El INJUV junto al SENDA y las federaciones de estudiantes de los establecimientos de educación superior de la región están trabajando para evitar los mechoneos violentos. "Queremos hacer un llamado a los jóvenes a que las bienvenidas sean distintas a lo que todavía vemos", señala el director regional del INJUV, Christián Román , quien también hizo un llamado a los afectados a informar sobre estos hechos a sus federaciones. "Estamos abiertos a que cualquier alumno que se sienta vulnerado acuda a nosotros, para así poder hacer las relaciones correspondientes con los centros de estudiantes y la universidad", señala Carlos Vergara, presidente de la FEUV.