Claudio Morales

Pese a que no pudieron ganarle a la U. de Concepción jugando en casa, y por ende no consiguieron escapar de los puestos de descenso, en San Luis quedó un dejo de conformidad tras el dos a dos del viernes. Terminaron con nueve hombres en la cancha y por eso el punto en definitiva lo valoraron.

Así lo indicó el técnico Miguel Ramírez, quien remarcó que la obligación de la victoria era en circunstancias normales. "Si hubiésemos estado once contra once, hubieran sido dos puntos perdidos. Pero a pesar de estar con uno menos desde el minuto 17, el partido se estaba dando como lo habíamos planificado. El rival quería copar las bandas, pero fue por ahí que hicimos más daño. Uno no espera que te marquen cuando estás siendo dominador a pesar de la desventaja numérica", se lamentó el DT.

Con dos menos

Pero en Quillota fue tema central de la discusión la drástica medida del juez Julio Bascuñán de dejar a los canarios con diez hombres bien temprano. Ramírez no estaba muy convencido de la justicia del cobro. "No sé si se apresuró el árbitro en la expulsión de Gonzalo (Rivas). No sé si era efectivamente para expulsión, desde la posición en que estaba, tapado por los jugadores, no me queda claro", arguyó el entrenador sanluisino.

Pero los infortunios de San Luis no terminaron ahí, pues la ilusión del triunfo y la decepción del empate se concentraron en un mismo protagonista. "Con el empuje y el coraje que mostró el equipo, pudimos lograr el dos a uno, pero duró lo que tenía que durar. Lamentablemente vino una jugada desafortunada de Federico (Martorell), y además la expulsión. Eso indudablemente que te toca, porque cuando uno ve el esfuerzo de los jugadores, da rabia, da impotencia", se lamentó Ramírez sobre el experimentado central argentino que reaparecía, y que en menos de 20 minutos, marcó un golazo y cometió un burdo penal que dejó a sus compañeros luchando con dos menos al final del encuentro.

Entrega total

Y por si el tema de las expulsiones no era suficiente calvario, hubo otras complicaciones que dificultaron sacar el partido adelante frente al Campanil. "En un momento pidió cambio Vicencio con un problema en el tobillo, Martorell con una dolencia similar, el Flaco Fiorina con un problema al dedo y Carlos Escobar adolorido del talón: cuatro me estaban pidiendo cambio y ahí apelamos al esfuerzo y sacrificio de cada uno de ellos para poder aguantar", expresó el DT quillotano.

El estratega de los canarios creyó ver señalado el camino que debe seguir su equipo tras la laboriosa igualdad del sábado. "Es de esperar que este punto, la actuación del equipo y lo que entregaron todos, les permita a los muchachos tener esa confianza para lo que viene. Tenemos poco más de una semana para preparar el siguiente partido (con Palestino). Este tiene que ser el camino y espero que esa actitud no cambie", concluyó Ramírez.