Secciones

Vertedero ilegal crece sin control

Vecinos de Reñaca Alto están alerta por el riesgo inminente de incendio o un alud con las primeras lluvias.
E-mail Compartir

Priscilla Barrera Ll.

Basta con ubicarse en la Avenida Tercera de Reñaca Alto y observar hacia el sector oriente de Lajarilla para percatarse cómo una antigua quebrada de matorrales se ha convertido en el último año en un vertedero clandestino, conformando en la actualidad una preocupante meseta integrada por materiales de desecho.

Según vecinos del sector aledaño al botadero ilegal, son entre 50 y 70 camiones de gran volumen los que botan a diario escombros y desechos en el sector.

"Aquí botan de todo, pero son camiones grandes, aquí no vienen autos ni camiones tres cuarto, son camiones de alto tonelaje que vienen y a vista y paciencia botan sus desechos en el lugar convirtiendo esta quebrada en un relleno que es una bomba de tiempo", declaró uno de los vecinos afectados quien por temor a represalias pidió no ser identificado.

Lo más grave de esta denuncia es que acusan al dueño del predio donde se están arrojando los desechos, de estar cobrando a los particulares que arrojan sus desechos en el lugar, vulnerando toda norma y la obligación de contar con las condiciones afines a un vertedero formal.

"El municipio dice que fiscaliza, pero esto lleva más de un año y como usted misma puede ver, la existencia de este vertedero es evidente, no está oculta, el que no lo ve es porque simplemente no quiere verlo. Los vertederos en regla cuentan con sistemas de compactación, están alejados de predios donde hay viviendas, aquí cualquier día ocurre una desgracia y recién entonces la autoridad va a reaccionar", añadió una vecina que reside en Reñaca.

La Ciudad Jardín penosamente tiene historial del peligro que representa un vertedero clandestino. El 4 de julio de 1984, más de 20 mil toneladas de barro, piedras, desechos y escombros se precipitaron desde las quebradas de la parte alta de Reñaca hacia el sector costero, resultando incluso 10 personas fallecidas, 50 casas totalmente destruidas y un cuartel de bomberos desaparecido bajo el agua, entre otros daños que han sido difícil de olvidar por los viñamarinos que vivieron esa mala experiencia.