Nicole Valverde S.

La frustración en el rostro de la pequeña comerciante Myriam López es evidente. Es dueña de la confitería porteña 'Dolce', y la madrugada del domingo fue robada por cuarta vez... en menos de un año. El mismo delito afectó también a la casa de cambio 'Costero', que se ubica justo al lado.

Para la emprendedora, su pequeño local de confites ubicado en calle Esmeralda -que además es vecino de La Estrella- significó la esperanza de volver a tener un trabajo y una mejor calidad de vida, cuando no estaba pasando por un buen momento personal.

"Yo quedé cesante tras haber sufrido una enfermedad muy grave, por eso cuando mi salud me lo permitió yo aposté todo en este local que se ha mantenido por un año y medio por el esfuerzo que hacemos junto a mi familia. Por eso me frustra mucho que sea la cuarta vez que me entran a robar", dice Myriam, visiblemente afectada.

Impotencia

Mientras personal de la Brigada de Investigación Criminal (Bicrim) de la Policía de Investigaciones de Valparaíso, hacía las primeras diligencia al interior de ambos locales, sus dueños hicieron sentir su malestar.

"Yo iba a un paseo con mi familia, y cuando pasamos por afuera del local me detengo y me di cuenta que faltaban los candados de la cortina metálica. Nos comunicamos con la PDI y abrimos juntos el local. Todo esto porque en los robos anteriores Carabineros sólo tomó los datos, pero nunca tomaron huellas y otras diligencias para poder identificar a los ladrones", relata Myriam López.

Sentimiento de vulnerabilidad que comparte Jorge Oñate, dueño de 'Cambio Costero', que lleva un año a cargo de la casa de cambio, y ya ha sido asaltado en dos ocasiones.

"Es más el daño que hacen, porque destruyen el local por dentro. Por lo mismo nosotros no dejamos dinero acá, se lo llevan los camiones de valores. En esta ocasión los tipos de llevaron unas máquinas, el disco duro con las grabaciones de las cámaras de seguridad", cuenta Jorge.

Y agrega: "Esto es bastante frustrante la verdad. Acá nos sentimos súper desprotegidos como locatarios, tanto de las autoridades como de la misma policía".

Descarados

Lo que más rabia le produce a Myriam López, de la confitería 'Dolce' es que además los sujetos que robaron su local tuvieron el descaro de dejarle una nota donde le pedían disculpas por el delito.

"No sé si lo hicieron para burlarse de mí o qué. Pero se puede esperar cualquier cosa de esta gente. La nota dice que ellos no quieren hacerme daño a mí. Pero igual se llevaron como 100 mil pesos en monedas, más otros 150 mil en mercaderías como chocolates y bebidas energéticas. Todo eso más los daños que dejaron, donde destruyeron una puerta que conecta ambos locales", asegura.

Al parecer el modo de operar de los delincuentes es siempre el mismo. Ingresan a la confitería cortando los candados de seguridad, y luego entran a la casa de cambio. La vez pasada rompieron una muralla, y esta vez hicieron un agujero en una puerta metálica.

Si bien, la vez anterior las cámaras de seguridad de la confitería lograron captar el rostro de uno de los sujetos, ahora fueron más precavidos y lo primero que hicieron fue desconectar las cámaras.

Lamentablemente, ninguno de los locales cuenta con seguro. Eso es algo que se repite con muchos pequeños empresarios porteños que trabajan de buena fe, y no les alcanza para invertir en medidas de seguridad más extremas.

"Fui al municipio pero me dijeron que tenía que hacer una asociación de comerciantes y tener más de 180 días de vigencia para recién postular a una cámara de seguridad en la calle. Y yo pago impuestos y patente. Después pedí entrevista con el prefecto de Valparaíso, pero llegaron del plan cuadrante molestos porque me había saltado los conductos regulares", lamentó la comerciante afectada.