Demasiado buena para ser verdad es lo que pensó una mujer a la que un hombre que incluso portaba documentos del vehículo, le ofrecía una camioneta pick up marca Ssang Yong en 3 millones y medio de pesos, siendo que el valor comercial del vehículo 4x4 es de 9 millones.

Escéptica de tanta maravilla, la mujer oriunda de Quintero tomó la sabia decisión de acudir a carabineros para confirmar sus sospechas.

Acogida la denuncia y tras escuchar el relato de la mujer, personal de la Sección de Investigación Policial, SIP de la Primera Comisaría de Viña del Mar inició las diligencias investigativas logrando establecer que en la ciudad de Calama, los encargados de una Rent a Car habían interpuesto una denuncia por apropiación indebida de este vehículo, luego de que éste fuese arrendado el pasado 23 de febrero y hasta la fecha no había sido devuelto.

Con estos antecedentes se logró identificar al imputado como P.J.H.P. de 40 años quien además con documentación falsa intentaba comercializar la camioneta.

Con la información recabada y que probaban la existencia del delito que por fortuna no pudo concretarse, por instrucción del fiscal de turno, P.J.H.P., quien registra detenciones anteriores, fue detenido por el delito de estafa, apropiación indebida y mantener orden de aprehensión vigente.

Nicole Valverde S.

El verano se está despidiendo con días nublados y fríos en la ciudad Puerto, panorama ideal para que reaparecieran en gloria y majestad los reyes de las esquinas: las sopaipillas y churros.

Los más contentos, sin duda, son los escolares y estudiantes que con sólo $200 pueden calmar el hambre de una ardua jornada de aprendizaje.

Cómo no tentarse, si en cada esquina, cruce de peatones y veredas el olor a fritanga de los carritos abre el apetito de los ajetreados porteños.

Algunos pasan de largo para no caer en la tentación, y los más valientes se dan el tiempo de condimentar su sopaipilla con mostaza, pebre, mayonesa y hasta ketchup. Total, el verano ya pasó y a nadie le hace daño un desarreglito de vez en cuando.

A la señora Valeska Silva del carrito de Bellavista con Condell, le viene bien la temporada otoño-invierno porque la venta de sus sopaipillas aumenta considerablemente.

"Hay gente que me compra hasta diez sopaipillas, porque las llevan para tomar once en la casa", cuenta mientras el aceite fríe que fríe.

Y agrega que "hasta a los extranjeros les gustan. Aunque algunos tienen unos gustos medios raros y me piden mermelada para echarle. Yo nunca había visto eso".

Churritos de la mami

La otra alternativa que la está llevando para calmar el bajón de frío, son los "churritos rellenos de la mami", que se venden como pan caliente a $500.

La encargada de prepararlos es Danisa Otero, de oficio pastelera, quien asegura que sus churritos son hechos con amor y vienen rellenos de manjar, sin trampa como los cuchuflis con aire.

"Quienes más compran son los niños y los jóvenes, es que es rico comer algo dulce en las tardes. Y yo trabajo con harta precaución e higiene, incluso tengo clientes que compran de hartos churros, se los llevan a la casa y los acompañan con tecito", dice.

500 Pesos cuestan los churros rellenos con manjar, y las sopaipillas no valen más de $200.