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Los 20 mil libros de la icónica Ivens que aún no tienen dueño

Dueño de la tradicional librería de Valparaíso pasa por difícil momento que lo podría llevar a cerrar su querida tienda de libros que posee desde hace 27 años. Les contamos como sobreviven los libreros de la subida Cummings.
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Daniella Tossi - La Estrella de Valparaíso

Caminar por las calles de Valparaíso siempre es un privilegio.

En busca de un buen libro comencé mi recorrido por subida Cummings, lugar que de noche atrae a miles de personas que llegan en busca de la atractiva bohemia porteña, pero que de día seduce con una nutrida variedad de lugares como restaurantes, tiendas de artesanías y por supuesto exquisitas librerías.

De pronto me encuentro frente a un trozo de historia porteña que no podía dejar pasar, me refiero a la legendaria librería Ivens, conocida por gran parte del colectivo porteño por sus más de cien años de historia; ésta joyita me recibe con ese aroma inspirador a libro viejo y una serie de ofertas de best seller que se convierten de inmediato en una gran tentación.

En seguida me vi rodeada por veinte mil libros y un personaje que no podía dejar de conocer, se trataba de Víctor Hugo Bustamante, el responsable de mantener con vida esta librería desde hace 27 años.

Un poco de historia

La librería fue fundada en 1891 en la ciudad de Santiago, por Josef Ivens, de ahí su nombre. Luego se vino a Valparaíso instalándose en calle Esmeralda, posteriormente se cambió a calle Blanco, luego a calle O'Higgins y finalmente y por mucho tiempo se quedó en la plaza Aníbal Pinto. Actualmente la histórica librería sigue con vida en la subida Cumming gracias al esfuerzo y pasión de su dueño.

Víctor Hugo Bustamante es dueño de la mencionada librería hace aproximadamente 27 años, durante todo este tiempo ha sido cómplice de los cambios que ha sufrido la sociedad con respecto a la lectura y también como el turismo ha sido un factor importante en su negocio. "Yo no te podría decir lo que pasa con la generalidad de las librerías, pero si lo que pasa con mi librería", dice Bustamante.

Con una sensación clara de que las personas han dejado de leer, Bustamante rechaza la idea de que existió un apagón cultural. "La gente se sigue educando, se sigue culturizando, pero ahora tiene otras formas de leer, tiene otras prioridades y el libro no es un artículo de primera necesidad", menciona el vendedor.

Pasión por los libros

Con algo de tristeza, este apasionado vendedor de libros se lamenta el hecho de que las personas no compren libros, pero al mismo tiempo se consuela de que eso no significa necesariamente que las personas hayan dejado de leer. "Esto no sólo pasa en Valparaíso, pasa en todo Chile y en otros países del mundo, las personas usan otros instrumentos para leer", sostiene.

A pesar de que vende poco y nada a la semana, la librería sigue abierta gracias al esfuerzo de Bustamante y su familia que lo ha dado casi todo, si no es todo por su negocio. "Yo amo los libros, además es lo que yo sé hacer, podría emprender con un nuevo negocio, pero que hago con los veinte mil libros que tengo", expresa.

Cuando le pregunto como lo hace para mantenerse con la librería, me sorprende con una sólida respuesta. "La librería no me mantiene, yo mantengo la librería", exclama Bustamante que a los segundos me revela que tuvo que vender su departamento y parte de su parcela para pagar deudas y poder seguir abriendo su querida tienda de libros.

Complicada situación

Siente que los precios de los libros no son el problema de la poca venta que lo aqueja desde años. "Tengo libros muy baratos y aun así no me los compran, el problema es que ya se ha dejado de leer un buen libro", afirma.

Nostálgico recuerda que hace muchos años el turista que llegaba a la Ciudad Puerto era muy distinto al que conocemos ahora. "Antes llegaba gente de otros países con capital cultural y con un gran poder adquisitivo, que compraban sin importar el precio, hoy llegan turistas con el mismo capital cultural, pero con una mochila en la espalda y las manos en los bolsillos", comenta el locatario que agrega que la mayoría de las personas que viene a Valparaíso viene a carretear, viene a comer, viene a pasarlo bien, pero no viene a leer.

La librería Ivens abre todos los días hasta las nueve de la noche, en ella se pueden encontrar todo tipo de libros, para niños y adultos, además de una porción de artesanía que ha tenido que agregarle al negocio para mejorar las ventas. "Así como me va yo debería haber cerrado hace un año atrás, la librería no me da nada", señala.

Con una extraña sensación de desánimo tras el relato de Bustamante, seguí mí recorrido esperanzada de encontrar alguna otra librería que me contara quizás una versión más afortunada de la difícil venta de libros.

Y así fue, de regreso de mi caminata y después de haberme encontrado con la sorpresa de dos librerías cerradas en la mencionada calle; por la vereda del frente a la Ivens, casi llegando al plan me topé con una llamativa muralla llena de conocidos rostros que junto a sus frases célebres adornaban y daban la bienvenida a "Cummings 1, Libros y Arte".

Cummings 1

Entusiasmada subí los cinco peldaños y me adentré en una pequeña y acogedora librería, encontrándome de frente con la atenta mirada de una joven vendedora que me observaba desde el fondo.

De a poco el silencioso ambiente desapareció y amablemente Daniela me contó un poco de la historia de esta librería. "Desde hace once años que esta librería está en este lugar, pero en sus inicios comenzó siendo una galería de arte", cuenta la administradora de Cummings1.

Sorprendida por la gran variedad de libros, Daniela me explica que la mayoría de ellos están en inglés. Sólo algunos pocos están en español y otros menos en alemán y francés. "La gente tiene el concepto de que esta tienda es sólo para turistas, pero no es así", indica.

Gran parte de los clientes que visita Cummings1, son porteños en especial aquellos que estudian literatura inglesa o pedagogía en inglés y que llegan en busca de la gran variedad que ofrece esta librería, de pronto Daniela comienza a nombrarlos uno a uno. "Tenemos libros de filosofía, sociología, estudios latinoamericanos, cine, fotografía arquitectura, viajes expediciones y ficción", señala la administradora.

Cuando le pregunto por el escenario de las librerías vecinas, se refiere de inmediato a la situación de la Ivens, con lo que yo sentí un dejo de admiración y respeto por Bustamante me responde. "Tener una librería no es un negocio, por eso lamentablemente la Ivens ya no es lo que era antes, además la idea de su dueño no es enriquecerse con la librería, a él le interesa que esto funcione como un polo cultural", indica la vendedora.