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Crimen de la estudiante: imputado narró a pareja escabrosos entretelones

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Un crudo relato fue el que realizó ayer el fiscal de la zona metropolitana Sur Patricio Rosas, durante la formalización por el delito de homicidio en contra de Julio Miranda Herrera (32), el único detenido por el crimen e inhumación de la joven Alison Calderón (17), ocurrido en la comuna de El Bosque.

El persecutor entregó una serie de testimonios ante la jueza del 11º Juzgado de Garantía, Alejandra Apablaza, entre las que están el de la pareja del imputado, Débora Bañales.

De acuerdo al testimonio de la mujer, Miranda no sólo le confesó que había asesinado a la adolescente, sino que también le detalló la forma en que la habría enterrado.

Según Bañales, el imputado le dijo llorando: "Me voy a ir con (cadena) perpetua. La masacré. La golpeé entera para quitarle su celular. La droga me hizo mal".

Las mujer lo acompañó en un viaje a Quintero primero -donde durmieron en una casa abandonada- y posteriormente hasta Chiloé, donde finalmente le confesó entre lágrimas que había asesinado a la joven golpeándola en diferentes partes de su cuerpo y luego asfixiándola con su antebrazo, durante la mañana del domingo antepasado.

Tras lo anterior, la enterró de madrugada en el patio del Liceo Fray Luis Beltrán, ya que él residía allí junto a sus padres que eran cuidadores del recinto. El sujeto fue arrestado en un bus interurbano en la capital de la Región de Los Lagos, luego de que Carabineros realizará un control de identidad a todos los pasajeros..

Porteño indignado por caja telefónica en su casa

Se la instalaron frente a la puerta de su vivienda y sin siquiera previo aviso.
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Daniella Tossi C. - La Estrella De Valparaíso

Por años frente Miguel Barrios luchó contra una pequeña pero molesta caja de telefonía que instalaron frente a la puerta de su casa, la que impedía la entrada de vehículos para descargar materiales a su taller, lugar de trabajo que tiene a pasos de su casa.

Hoy cuando se levantó para ir a trabajar se encontró con una gran sorpresa: la pequeña caja telefónica había desaparecido, pero lamentablemente en su lugar instalaban una mucho más grande. "Es ridículo que hagan esto en la puerta de mi casa, parece un refrigerador", exclama enojado el dueño de casa.

El problema más allá de la instalación de la caja, es que al parecer nunca existió un aviso para poner la caja en el lugar. "Yo arriendo esta casa hace 44 años y la compañía no me informo ni a mí ni a la dueña sobre esto", señala el arrendatario.

Por su parte los trabajadores encargados de instalar la caja, dijeron no tener idea que función cumplía la caja y que ellos sólo seguían ordenes de la empresa que los contrato. "Solo sé que es una caja telefónica de Movistar", indica el trabajador.