La sociedad va de mal en peor, cuando se dice que lo que busca es velar por el bien común, por la libertad de expresión y conciencia, establecidos en nuestra constitución, tanto discutida e incluso en la convención americana de Derechos humanos, ocurre cada día lo contrario.

Por más que se defienda alguna postura, no se es capaz de respetar la del otro. La intolerancia de algunos ha llevado a sobrepasar los límites, tal es el caso del uso de la violencia en contra de aquellos que defienden ideas ajenas a estos, también profanar símbolos religiosos con alusiones al aborto. Pero no sólo es la intolerancia, sino que también la indiferencia, debido a que lo que se busca no es el diálogo, sino que imponer el ideal de cada uno.

Si como sociedad se continua así, el respeto, la dignidad, el ser ciudadano se verá reducido al desorden. La moral, la dignidad, las buenas costumbres serán meras palabras sin sentido alguno en la práctica.

No sólo el estado debe incentivar el buen desarrollo de cada persona como ciudadano, sino que nuestra propia institución familiar nos debe formar correctamente en el respeto de los demás y en el bien.

Mauricio Kaplan E.